Tras el desastroso final, retransmitido en directo al mundo entero a media tarde del viernes, de la esperada reunión entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, sigue sobre la mesa la duda de si la escalada de tensión que vive la política global desde la llegada de Trump a la presidencia norteamericana va a tener o no consecuencias negativas en las Bolsas.
En el momento del encontronazo en el despacho oval todos los índices americanos bajaron y el S&P y el Dow Jones entraron en terreno negativo pero, tras esa primera reacción inicial, en la última hora de la sesión las Bolsas terminaron con una subida vertical, de cien puntos en el caso del S&P, en las últimas dos horas de sesión. Habrá que esperar a las próximas sesiones para ver si esa subida de última hora se debe, como piensan la mayor parte de los analistas, a unos ajustes técnicos para equilibrar la proporción de renta variable en las carteras tras un febrero bajista, o si realmente las Bolsas van a seguir inmunes a la escalada de tensión que desde la llegada de Trump a la Casa Blanca se está produciendo en la situación política global.
Pero, en todo caso, lo que sí podemos decir es que, por el momento, las Bolsas, que parecían más vulnerables a la irrupción de Trump, han sido las mejores en los dos primeros meses del 2025 y, por el contrario, las Bolsas norteamericanas son las que peor se comportan, no haciendo honor, en lo que a las Bolsas se refiere, a esa promesa electoral de Trump de “hacer América grande de nuevo” (MAGA). Todos los índices americanos han tenido pérdidas en febrero. El Nasdaq 100 ha caído un 2,8% en el mes, el Dow Jones un 1,6%, el S&P un 1,4% y el Russell 2000, que representa a las compañías de menor capitalización que se suponía iban a ser las más beneficiadas por la llegada de Trump, nada más y nada menos que un 5,4%. Eso lleva a los índices a pérdidas o a subidas muy ligeras desde el uno de enero, con el Nasdaq 100 perdiendo un 0,6% en lo que va de año, el Russell 2000 perdiendo un 3%, y el S&P y el Dow Jones ganando un 1,2% y un 3%, respectivamente, en estos dos primeros meses.
Frente a ese comportamiento mediocre o incluso negativo de los índices bursátiles americanos, las Bolsas europeas han subido con fuerza en febrero y acumulan fuertes revalorizaciones desde el uno de enero. En los dos primeros meses del año, el Eurostoxx sube un 11,6%, el Dax alemán un 13,3%, el Mib italiano un 13,1%, el Cac francés un 9,9% y nuestro Ibex sube nada más y nada menos que un 15,1% tras un histórico febrero en el que ha ganado un 7,9%. Lo mismo pasa con las Bolsas emergentes, que a priori parecían perdedoras con Trump y que, por el momento, lo están haciendo bastante bien. Tras una fuerte subida en febrero, el índice MSCI China gana un 12,6% en los dos primeros meses del año y el MSCI Latam gana un 6,9%. El Nikkei es una excepción porque pierde un 6,9% en el año después de un fuerte ajuste del 6,1% en febrero, debido seguramente a la subida de la inflación y de los tipos de interés.
En definitiva, por el momento no ha hecho acto de presencia la anunciada prima de riesgo, que debería haber beneficiado a las Bolsas americanas y perjudicado a las europeas tras la llegada de las políticas proteccionistas del “trumpismo”. Solo en el mes de noviembre pasado vimos una reacción en ese sentido, inmediatamente después de la victoria de Trump, pero esa reacción inicial ha quedado completamente anulada en los dos últimos meses y las Bolsas parecen decirnos que Trump no va a ser tan bueno como se pensaba para las Bolsas americanas. Un ejemplo extremo de ese cambio de sentimiento lo tenemos en Tesla, que inicialmente se disparó verticalmente al alza desde los niveles de 240 dólares a los que cotizaba cuando Trump ganó las elecciones hasta los 488,5 dólares que marcó el pasado 18 de diciembre, pero que a partir de ahí ha caído en picado, hasta cerrar el pasado viernes en 293 dólares por acción, con una caída desde máximos del 40%. Todo un mensaje, dado el alineamiento absoluto con Trump del fundador y “alma mater” de Tesla, Elon Musk.
¿Qué nos están diciendo las Bolsas? ¿Es correcto pensar que el “trumpismo” es perjudicial para las Bolsas americanas y bueno para las europeas, como parecen pensar los mercados financieros? O incluso por elevación, ¿es correcto pensar, como se deduciría de la evolución de las Bolsas, que las políticas de Trump van a perjudicar a Estados Unidos y beneficiar a Europa?
Sin llegar a esas conclusiones tan chocantes, una posible lectura es que las Bolsas, con sus subidas, están descontado el final inmediato de la guerra de Ucrania, un final que tendría lugar precisamente gracias a Trump. Según esta tesis, la paz en Ucrania y la consiguiente reconstrucción de Ucrania tendrían efectos muy positivos en las empresas y en la economía europea, y eso es precisamente lo que las Bolsas europeas han estado celebrando con las subidas de febrero. Si esto fuese así, las Bolsas europeas deberían caer tras la desastrosa reunión del pasado viernes en la Casa Blanca, que parece alejar un posible acuerdo de paz.
Otra posible lectura, que no es incompatible con la anterior, es pensar que, como apuntábamos en nuestro anterior comentario, los mercados financieros se han convertido de nuevo en vigilantes y árbitros últimos de las decisiones geopolíticas, y que lo que le están diciendo a Trump es que sus aranceles generalizados y ultraproteccionistas no son una buena idea para Estados Unidos, y que no se creen que al final los vaya a llevar a la práctica. Lo que estarían diciendo las Bolsas europeas a Trump es que no va a poder llevar a cabo su posicionamiento antieuropeo, y le advierten de que la aplicación radical del “trumpismo” llevaría a la economía global, y de paso a la norteamericana, a una situación muy problemática, con más inflación y menos crecimiento.
Sería algo parecido, aunque en otra escala y en otro contexto, a lo que pasó en el primer mandato de Trump, cuando empezó con un discurso de guerra total con China para terminar, a fines del 2019, en un acuerdo comercial que se firmó en enero de 2020, en el que tuvo que llegar a un cierto equilibrio para alcanzar la paz. Trump presentó aquel acuerdo, con su grandilocuencia habitual, como el “acuerdo comercial más grande jamás firmado”, pero lo cierto es que fue una forma práctica de acabar una guerra que le estaba erosionando mucho de cara a la campaña de reelección del 2020. Ocho años después Trump ha vuelto a salir como un toro bravo, pero esta vez no solo contra China sino contra todos, con un modelo de “guerra total y frontal”. Podría ser que los mercados financieros estén apostando a que ese modelo no va a tener recorrido, porque no es bueno para nadie, ni siquiera para Estados Unidos. Las Bolsas estarían apostando a que Trump dará marcha atrás a medida que vaya viendo datos negativos en la economía norteamericana.
En este sentido, son muy significativos los datos recientes, a los que aludíamos la semana pasada, que indican una bajada en la confianza del consumidor americano, y una posible desaceleración de la economía norteamericana. Y es también bien significativa la pérdida de “momentum” de las grandes tecnológicas, que habían liderado la subida de las Bolsas. Da la impresión de que los inversores no se creen demasiado el llamado programa Stargate, que anunció Trump el pasado 21 de enero flanqueado por los máximos responsables de SoftBank y de OpenAI, un programa que supondrá, según el anuncio, una inversión de 500 mil millones de dólares para impulsar la inteligencia artificial. Nvidia no parece verlo del todo así porque el pasado martes, tras presentar unos buenos resultados, advertía de que el crecimiento de las ventas podía ralentizarse en los próximos trimestres, una advertencia que provocó la inmediata caída del valor en el mercado “after hours”. Nvidia ha caído un 7% en la semana y cae casi un 20% desde sus máximos históricos del 7 de enero.
En definitiva, las Bolsas están hablando, y hay que ver lo que dicen esta semana tras el evento del viernes en el despacho oval al que aludíamos al principio. Lo principal en la semana será la evolución del escenario geopolítico, pero hay otras citas interesantes como la reunión del BCE el jueves, en la que podría no mover los tipos a la espera de ver qué pasa finalmente en Ucrania y cómo la entrada en vigor de los aranceles a México y Canadá, en principio prevista para el martes 4, aunque Trump podría al final rebajarlas desde el 25% anunciado. También será importante el informe de empleo de febrero en Estados Unidos que se publica el viernes y que podría confirmar la desaceleración del crecimiento en EE. UU. En el lado de los resultados empresariales, los más interesantes serán los de Broadcom, que se publican el jueves. Recordemos que Broadcom es un “player” importante en el mundo de los semiconductores, y que cae un 14% desde el inicio del año, pero sube todavía un 55% en los últimos doce meses, cotizando a un exigente PER de 155 veces beneficios.
En nuestra opinión, las Bolsas seguirán recordándonos que en el mundo actual ningún poder es absoluto, pero a la vez reflejarán también la inestabilidad generada por Trump. Ello nos lleva a pensar que la prima de riesgo negativa podría empezar a afectar a las Bolsas europeas en marzo, empezando por esta misma semana.
Juan Carlos Ureta Domingo
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