Las últimas semanas han estado protagonizadas por un comportamiento divergente de las bolsas americanas y europeas, a la baja en el caso de EE.UU. y al alza en Europa.
En el caso de EE.UU., los recortes desde máximos cercanos al 10% apuntan a un miedo extremo a la desaceleración de su economía, lo que contrasta con el elevado optimismo en las bolsas europeas, que marcan máximos apoyadas por el “despertar” de Europa, con un fuerte paquete de estímulo en defensa y en infraestructuras.
Un contexto que provoca movimientos bruscos también en las rentabilidades de la deuda, con intensas subidas en Europa descontando fuertes emisiones de deuda para financiar sus planes de estímulo fiscal y moderación en EE.UU. ante el creciente temor a recesión. Por su parte, el oro sigue brillando y continúa siendo el mejor termómetro de la incertidumbre.
De fondo, tenemos una política de Trump que lo condiciona todo, y en la que tanto los aranceles como los recortes de gastos del DOGE (Departamento de Eficiencia) tendrán efecto negativo en la economía a corto plazo antes de tenerlo positivo a medio plazo, y a lo que a futuro se sumará el impacto positivo de otras políticas, como recorte de impuestos, desregulación o menor coste de la energía.
La incertidumbre que generan los aranceles y los recortes de gastos está pesando sobre los datos de confianza, haciendo que tanto consumidores como empresas americanas sean más cautos en sus decisiones de gasto, lo que lleva a que no sólo se vean impactadas las empresas con dependencia comercial, sino el grueso de las empresas.
Esto genera nervios sobre la evolución del ciclo americano a pesar de que los datos reales se mantienen sólidos, a la vez que impulsa las expectativas de inflación al alza, una situación complicada para los bancos centrales, que llevan a la Fed a mantener su pausa en las bajadas de tipos de interés y al BCE a sumarse a la misma, a la espera de mayor claridad sobre las políticas de Trump, el estímulo fiscal europeo y su impacto en crecimiento e inflación.
En lo que respecta a Europa, se ha producido un cambio de expectativas ante la previsión de un fuerte impulso a la inversión en defensa a nivel europeo, el estímulo en infraestructuras anunciado por Alemania y el posible fin de la guerra de Ucrania, que podría traer beneficios como el menor coste de la energía y la necesidad de reconstrucción. Queda no obstante por concretar cómo se financia todo este gasto, teniendo en cuenta que gran parte irá con cargo a los presupuestos nacionales y no todos los países tienen la misa capacidad de financiación, y cuál será el impacto real en crecimiento, que se antoja moderado en el corto plazo dada la enorme dependencia en defensa respecto a EE.UU.
Con este escenario de fondo, los caminos de las bolsas americana y europea han sido claramente divergentes, y han permitido que Europa vuelva a cotizar a su descuento medio histórico frente a EE.UU.
Aprovecharíamos las caídas acumuladas -10% en EEUU para incrementar posiciones a medio plazo, en la medida en que consideramos que el mercado recoge sólo el impacto negativo a corto plazo de las políticas de Trump (aranceles, DOGE) pero no su potencial impacto positivo a medio plazo (refuerzo de las manufacturas americanas, mayor eficiencia) ni el efecto positivo que podrá tener la implementación de otras de sus políticas (reducción de impuestos, desregulación).
Por su parte, las bolsas europeas podrían tomarse cierto respiro después del buen inicio de año que las ha llevado a nuevos máximos y a la espera de la concreción del plan de incremento de gasto en defensa europea e infraestructuras alemanas, y ante el previsible incremento de volatilidad, teniendo en cuenta el previsto anuncio de aranceles recíprocos el 1-abril.
Este posicionamiento queda reflejado en la composición de nuestra cartera dinámica, con un 42% en Renta Fija y duración en torno a 3 años, un 5% en monetario y un 53% en renta variable, con mayor exposición relativa a EE.UU. frente a Europa.
Para mayor detalle, podéis consultar el documento completo de nuestra Visión de Mercado.
Natalia Aguirre Vergara
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