Son todas aquellas operaciones de inversión pensadas para mantenerse durante un año o más. A diferencia del enfoque a corto plazo, donde los inversores buscan ganancias rápidas, la inversión a largo plazo se centra en acumular riqueza gradualmente a lo largo del tiempo.
Cuando se dispone a realizar una inversión se debe tener muy claro cuál es el horizonte temporal de dicha operación ya que, muy probablemente, será un dinero que no se tendrá disponible. Por ello, conviene planificar muy bien el objetivo de dicha inversión y su fecha de disponibilidad.
La filosofía Slow Finance, de la que en Renta 4 Banco somos claros partidarios, nos cuenta la importancia de la paciencia a la hora de invertir. Las prisas no son buenas, tampoco en el mundo de la inversión, y debemos huir de aquellas falsas promesas de riqueza rápida o “pelotazos”.
Siempre teniendo claro que, cuanto más a largo plazo miremos a la hora de invertir, menos riesgos correremos y mayores rendimientos podremos obtener.
Cuando invertimos a largo plazo se genera el llamado interés compuesto, que son aquellas ganancias que se dan sobre el capital inicial sumándose a nuestra inversión y generando nuevas ganancias.
Cualquier dinero invertido en productos con un vencimiento inferior a un año (de 3 meses a 12 meses normalmente) se trata de inversión a corto plazo, idóneos para aquellos inversores que no pueden esperar o desean recuperar su liquidez.
Se denomina largo plazo cuando se tiene la intención o el producto exige mantenerlo por más de un año, que pueden ser cinco años o incluso décadas.
Si lo que buscamos es mitigar el riesgo y ver crecer nuestros ahorros en el tiempo sin preocuparnos de la liquidez, la inversión a largo plazo será lo idóneo.
Gracias a la inversión a largo plazo conseguimos mitigar riesgos y hacer frente a la volatilidad de los mercados.
Si hace 20 años hubiésemos invertido 1.000 euros en el Ibex-35, hoy en día tendríamos más de 3.000 euros, sin contar con reinversiones (el famoso interés compuesto). Esta suma se alcanzaría incluso habiendo pasado momentos de caídas en las bolsas, como la crisis financiera de 2008, las caídas del año 2020 por el Covid y demás varapalos bursátiles.
Por ello, el largo plazo es el mejor seguro a la hora de mitigar riesgos y reducir las pérdidas. Siempre teniendo claro nuestro objetivo y nuestro horizonte temporal.
Ahora que ya sabemos diferenciar entre el largo plazo y el corto plazo a la hora de invertir, resulta imprescindible una buena planificación financiera.
Ahorrar con un objetivo y horizonte temporal concreto para poner el dinero a trabajar. Para ello es imprescindible contar con el apoyo de un especialista siempre a nuestro lado que nos ayude a elegir el mejor producto de inversión y el plazo más idóneo para conseguir nuestros objetivos.
En Renta 4 Banco tendrás siempre un gestor especializado para ayudarte.
El catálogo de productos para invertir a largo plazo es muy amplio. Los fondos de inversión resultan una buena opción por la diversificación con la que cuentan, ya sea a la hora de seleccionar empresas, localización de la inversión por regiones o sectores.
Los fondos de inversión de Renta Fija, que ofrecen invertir en varios productos de renta fija a la vez, o cualquier otro vehículo de renta fija pública, como bonos del Estado, nos permitirán saber cuánto vamos a ganar y en qué plazo, ahora, además, ofrecen rentabilidades interesantes.
Para ello, opciones como el Plan Easy de Renta 4 Banco ponen a disposición de los ahorradores todas las facilidades para acceder al mundo de la inversión de forma fácil e inmediata.