¿El teletrabajo ha llegado para quedarse? Sí, pero no mucho.
Con la llegada de la pandemia de la Covid-19 muchas empresas se vieron forzadas a buscar alternativas que les permitiesen seguir trabajando de una forma segura. El teletrabajo permitió que las compañías no parasen su actividad durante esta época y abrió la puerta a un tipo de jornada y modo de vida que parecía improbable que se quedase.
Sin embargo, poco a poco vamos dejando atrás a la pandemia y toca adaptarnos a la nueva normalidad, con la vuelta a la oficina por parte de muchos. Nos costó adaptarnos a trabajar en casa pero ahora, ¿nos costará volver a la oficina? Os damos una serie de consejos para que la vuelta al puesto de trabajo se haga más llevadera.
Implantación real del teletrabajo tras la pandemia
A día de hoy cabe preguntarse hasta qué punto se ha quedado el teletrabajo instaurado en España. Ya ha pasado más de un año desde que nos confinaron y el balance que sacamos es que tan solo el 14,7% de las compañías han instaurado el teletrabajo de forma total o parcial. Si bien es cierto que el teletrabajo ha ofrecido muchas ventajas tanto a trabajadores como a empresas, con el paso del tiempo también se han empezado a ver algunas aristas de esta modalidad.
Frente a las ventajas de comodidad, ahorro en transporte y la conciliación, han aparecido algunas desventajas como la falta de desconexión, socialización y el problema de… la conciliación también.
Porque, aunque el teletrabajo abre la puerta a flexibilizar más los horarios y que podamos ocuparnos más de nuestras relaciones familiares, eso puede implicar que la vida laboral se entremezcle con la personal, afectando de forma negativa a ambas.
Por otro lado, no todo el mundo disponía de un lugar adecuado para teletrabajar y eso ha podido suponer algunos problemas.
Aun así, el balance que hacen los españoles sobre el teletrabajo es positivo. Según un barómetro del CIS publicado el pasado octubre, el 68,8% de los encuestados estaba a favor del teletrabajo. Así pues, aunque podemos decir que una gran parte de los trabajadores (y empresarios) están contentos con el teletrabajo, toca volver a la realidad y la oficina. ¿Cómo debemos afrontar esto?
Problemas de volver a la oficina
Puede parecer que hace una eternidad, pero hace tan solo un año nos tocaba adaptarnos al teletrabajo. Aunque podía parecer fácil, la aclimatación a este tipo de modalidad podría torcerse si no realizábamos una serie de buenas prácticas. Una vez acostumbrados, toca volver a la “rutina de siempre” y ese simple hecho nos puede causar algún que otro mal trago.
El primer gran obstáculo puede ser la inseguridad. Ya ha pasado un tiempo, la pandemia parece más controlada y la vacunación sigue dando sus frutos pero el virus sigue ahí fuera. Hay nuevos protocolos para hacer frente a la situación y eso puede acarrear problemas. La mascarilla obligatoria, respetar la distancia de seguridad… La vuelta a la oficina dentro de esta “nueva normalidad” puede ser más dura de lo previsto, pero todo yin tiene su yang.
Mientras que por un lado dejamos la comodidad del hogar, al volver a la oficina primero nos reencontramos con nuestros compañeros, lo cual nos recuerda lo que es socializar y reforzamos más nuestros vínculos que por reuniones de Teams. Además, la oficina nos ayuda a separar de mejor forma nuestra vida personal de la laboral, mejorando la desconexión entre oficina/vida.
Sí que es cierto que la parte de conciliación y tiempo vuelve a ser más complicada, ya que no permite tanta flexibilidad como sí que lo hace el teletrabajo. Para ello, toca volver a organizarse para que el cambio no sea tan “traumático” y la adaptación se haga más fácil de asimiliar. Al fin y al cabo, antes de la pandemia ya nos organizábamos sin teletrabajo, toca reaprender lo desaprendido.
El principio puede ser un poco agotador tanto física como mentalmente, pero al final conseguirás acostumbrarte, como ya lo hiciste en su día.
El modelo ganador: modalidad de trabajo mixta
Llegados a este punto, ¿tenemos que olvidarnos de teletrabajar? No necesariamente. Con esta situación y la “nueva normalidad”, la modalidad que sí está tomando cada vez más fuerza es un modelo mixto entre trabajo presencial y teletrabajo. Fuera de que la cultura empresarial de nuestro país sigue arrastrando la pesada losa del presencialismo, uno de los principales problemas del asentamiento del teletrabajo en España es que no estemos preparados para ello.
Esta adaptación a un nuevo modelo no se puede hacer de la noche a la mañana y fruto de esa necesidad de cambio hay muchas empresas que abogan por este modelo híbrido. También está el tema de las implicaciones legales que tiene este cambio de rumbo en la manera de trabajar.
Con la publicación de la ley del teletrabajo el 22 de septiembre se dio un paso más en la normalización de esta modalidad, pero también requiere un esfuerzo más por parte de las empresas a la hora de organizarlo bien.
En resumidas cuentas, la pandemia ha acelerado el proceso de conversión al teletrabajo en el país, pero todavía queda mucho por avanzar. Por ahora, parece que habrá que realizar otra nueva aclimatación al modelo híbrido de teletrabajo y presencial que, visto de modo positivo, nos ofrece las ventajas de ambas modalidades.