Las correcciones en bolsa son buenas oportunidades. Pero, ¿cuándo sabemos que ha acabado la caída?
La depreciación de una acción puede ser una gran oportunidad de conseguir una buena rentabilidad para nuestra inversión. Sin embargo, a pesar de que todo indique que el activo de compra no va a caer más, eso no quiere decir que esté libre de riesgos. Es más, hay muchas ocasiones en las que puede que pensemos que la jugada ha salido a la perfección para luego darnos cuenta de que no ha sido así.
Hoy os vamos a hablar de un comportamiento del mercado que ejemplifica a la perfección lo que estamos hablando. Esta situación recibe el nombre de “el rebote del gato muerto”, una muestra de que la paciencia, el análisis y el largo plazo son dos de las mejores virtudes a la hora de hablar de inversión.
¿En qué consiste el rebote del gato muerto?
Cuando hablamos del rebote del gato muerto hacemos referencia a un patrón de comportamiento de un activo analizado a través del análisis técnico. Una de las partes fundamentales del análisis técnico es el estudio de patrones recurrentes que se dan en los mercados y que nos pueden ayudar a aclarar cómo va a ser el movimiento de precios de un activo en el futuro.
En el caso concreto del rebote del gato muerto, podemos ver una caída importante en la valoración de una acción, seguida por un pequeño rebote que aumente su precio. Sin embargo, esta subida no es sostenida y va continuada por otra corrección que pueda igualar o depreciar aún más la valoración de ese activo hasta por debajo de la caída inicial. Pero como hablamos de análisis técnico y su principal herramienta de estudio son los gráficos, lo mejor es verlo con un ejemplo:
Una conclusión rápida que podemos sacar del rebote del gato muerto es que siempre debemos ser precavidos. Es decir, podemos ver una corrección importante en un valor y pensar que es un buen momento para entrar en él. Sin embargo, debemos ser conscientes siempre de que el rebote puede ser momentáneo y que puede ir precedido de unas caídas que nos hagan obtener rentabilidades negativas.
¿Cómo podemos saber si estamos ante un rebote del gato muerto? En realidad solo se puede saber a posteriori, cuando esto haya ocurrido. Ahora bien, si estudiamos el valor, la situación del mercado y realizamos un análisis concienzudo, estaremos preparados para cualquier situación. Si no, siempre puede ser interesante contar con el asesoramiento de un experto antes de tomar ninguna decisión.
Origen del nombre de “rebote del gato muerto”
El origen de esta expresión bursátil es bastante macabro y quizás no es para todos los gustos. Como ya hemos comprobado, el rebote del gato muerto hace referencia a cuando una acción cae precipitadamente, luego repunta ligeramente pero acto seguido vuelve a descender todavía más. Bien, este dibujo que hace la acción se asemeja a la caída desde una altura importante de un gato, ya que al chocar con el suelo rebotará y volverá a caer por la fuerza del impacto. Os hemos advertido, el origen del nombre no era plato de buen gusto…
Pero ¿cuándo se empezaron a popularizar los “rebotes del gato muerto? Para irnos al nacimiento de esta expresión tampoco tenemos que desplazarnos muy lejos. Fue allá por 1987 en Wall Street, tras el colapso bursátil que tuvo lugar y que hizo que gran parte de las bolsas cayeran en picado.
Pero por norma general, esta expresión se suele utilizar cuando los analistas piensan que el rebote es momentáneo y que va a ir precedido de caídas.
RECUERDA
La crisis bursátil de 1987 tuvo lugar el 19 de octubre de ese mismo año y el Dow Jones de Industriales llegó a perder en tan solo una sesión un 22,6%, más de lo vivido en el lunes negro de 1929.
Es más, suele hacer referencia a acciones de empresas que están en quiebra y se desploman de forma rápida para luego subir sin un motivo real. Evidentemente, esta subida al no estar apoyada en nada, termina corrigiendo y puede desembocar en una pérdida importante de dinero.
El rebote del gato muerto nos avisa: cuidado con la especulación
Los rebotes del gato muerto son un muy buen ejemplo de que la especulación y el intentar hacer “dinero rápido” no siempre sale bien. Por mucho que veamos que un activo haya caído mucho y esté subiendo, siempre cabe la posibilidad de que vuelva a caer.
Por eso mismo, nuestras inversiones tienen que estar hechas en base a unos criterios más sólidos y no solo por los movimientos del mercado.
Siempre es mejor esperar y ver que dejarnos llevar por las corrientes del mercado, ya que igual que suben pueden bajar de forma repentina.
*Disclaimer: Ningún animal resultó herido en la elaboración de este artículo
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