Invertir en renta variable puede ser complicado. Entender el funcionamiento del mercado, la volatilidad, los riesgos de la inversión…
Uno de los puntos que se deben tener claros antes de invertir en estos mercados, es que existe un riesgo de rentabilidad negativa. Igual que las acciones pueden subir y darnos beneficios, también pueden bajar y podemos sufrir pérdidas. Por eso es siempre importante saber en qué mercados estamos invirtiendo y cómo funcionan.
Hoy, en un nuevo capítulo de la búsqueda de la sabiduría inversora y los beneficios para nuestros ahorros, os vamos a hablar de la formación de los precios de las acciones y de qué es la profundidad de mercado y para qué sirve.
¿Cómo se forman los precios de una acción?
Empecemos por lo básico. Supongamos que una empresa quiere salir a Bolsa. Para ello, tiene que hacer una Oferta Pública de Venta (OPV), que será llevada a cabo por una entidad que se encargará de la colocación de las acciones en el mercado.
RECUERDA
Una empresa que ya está en el mercado también puede hacer una OPV en caso de que uno o más accionistas mayoritarios se quieren desprender de las acciones.
El agente colocador, u otra entidad, se encargará de hacer una valoración de la empresa y marcará, en consenso con la empresa que sale al mercado, un precio inicial de la acción de la compañía. En este punto, se ofrece un periodo de suscripción a la OPV, momento en el que precio de la acción comienza a variar entre un rango de precios máximos y mínimos publicados por el emisor. Finalmente, la acción llega al mercado y ahí empieza a fluctuar en base a la oferta y la demanda.
¿Pero cómo varían estos precios? Bueno, cuando mires el valor de una acción, debes tener en cuenta que lo que estás observando es el precio de la última compraventa de ese activo. En base a ese precio, tú puedes comprar o vender una acción introduciendo una orden de compra.
Así, los inversores van añadiendo sus órdenes al libro de órdenes y hasta que no haya una coincidencia de compra y venta al mismo precio, no se llevará a cabo la transacción. Pero vayamos con un ejemplo:
Imagina que quieres comprar 50 acciones de la compañía SuperEnergía S.A., cuyo precio actual son 5,14 euros. Sin embargo, tú crees que está muy barata y estás dispuesto a pagar hasta 5,16 euros. Entoces, introducirías una orden de compra para 50 acciones de SuperEnergía S.A. a 5,16.
Sin embargo, en el libro de la acción tan solo hay 30 órdenes de venta a ese precio. El resultado final sería que el valor de cotización subiría hasta 5,16 euros, mientras que tú habrías obtenido 30 acciones y aún tendrías una orden en el libro para hacerte con 20 acciones de SuperEnergía a ese precio.
¿A qué nos referimos por profundidad de mercado?
Hemos explicado cómo se forma el precio de una acción porque resulta importante para comprender el siguiente término. Al fin y al cabo, podríamos resumir que la cotización de una acción se forma en base al precio por el que está dispuesto a vender un accionista y el precio que está dispuesto a pagar un inversor.
Sin embargo, puede haber mucha “disparidad” de opiniones, y cabe la posibilidad de que tu oferta de compra nunca encuentre su contrapartida. Llamamos profundidad de mercado al listado de órdenes de compra y venta de un determinado activo financiero (no es exclusivo de las acciones) que todavía no han sido ejecutadas.
Dicho de otro modo, la profundidad de mercado no deja de ser el libro de órdenes de un activo financiero.
¿Para qué sirve la profundidad de mercado?
Sin embargo, la profundidad de mercado es mucho más que el libro de órdenes de un activo financiero y nos ayuda a hacer balance de la situación de una acción más allá de su precio de cotización. Gracias este indicador, podemos ver la cantidad de vendedores y compradores y la liquidez del activo. Por ejemplo, si observamos que cerca del precio de cotización del título hay muchas órdenes de compra y de venta, podemos decir que es un valor líquido, ya que la entrada y salida de ese activo es fácil para los inversores.
Además, puede servir como referencia para el futuro, mostrado niveles de resistencia y soporte de un valor. Así, podemos ver a partir de qué precio están los accionistas dispuestos a dejar de vender los títulos (soporte) o cuál es el precio máximo que los inversores están dispuesto a pagar por una acción (resistencia). Por tanto, si un activo financiero te interesa, recuerda que siempre es recomendable ver la profundidad de mercado y tener una mejor perspectiva de tu situación.
Habla con un experto
En Renta 4 Banco sabemos lo importante que es la información en momentos de tanta volatilidad. Siendo fieles a una filosofía slow finance es importante actuar reflexivamente pero con decisión para controlar el riesgo según tus objetivos a medio plazo. Habla con tu asesor para que te ayude a determinar la forma más apropiada de actuar.
Te recordamos que en Renta 4 Banco estamos a tu disposición para evaluar tus inversiones y controlar los riesgos, y especialmente en los momentos de incertidumbre.
Publicidad