La vida son momentos. De felicidad, de tristeza, de angustia…
Es normal pasar por todos ellos e incluso algunas emociones a priori negativas como la tristeza son más que necesarias para nuestra estabilidad y salud. Sin embargo, hay situaciones con las que es muy difícil lidiar y que nos desestabilizan más de la cuenta, ya sea por traumáticas como por prolongadas en el tiempo.
Son innumerables los efectos que ha producido la pandemia del Covid en nuestra sociedad, y entre ellos se encuentra el aumento del estrés fruto de la situación. La conciliación laboral, situaciones personales muy duras derivadas de las pérdidas, la adaptación a esta nueva situación… puede costarnos ver la luz al final de un túnel del que todavía no sabemos la salida.
Por ello, hay que buscar alternativas para serenarse, calmar los nervios y tomar perspectiva. Hoy en nuestro blog os vamos a hablar del mindfulness, un método que seguramente os sonará y que os servirá para lidiar con los malos momentos, ya sean pandemias u otras realidades difíciles de soportar.
Olvídate de malos hábitos con el mindfulness
Uno de los principales errores que podemos cometer a la hora de sufrir de estrés o ansiedad es buscar la solución errónea. Con esto queremos aclarar dos cosas, la primera, que es normal estresarse o ponerse ansioso ante situaciones complicadas. La segunda, que tenemos que lidiar con ellos y superarlo pero que no todos los métodos valen.
Llegados a este punto, sabemos que hay muchos comportamientos erróneos y nocivos para nuestra salud que realizamos para luchar contra estos sentimientos. Lo peor de todo es que los llevamos a cabo incluso sin siquiera darnos cuenta. Y vamos a poner varios ejemplos. ¿Te ha pasado alguna vez que has ido a la cocina en medio de la noche y has arrasado con todo? O también, ¿has recurrido al tabaco después de una reunión de trabajo en la que te han encargado 1.200 proyectos nuevos?
Es posible que hayas sufrido una de esas situaciones (o parecidas) en algún momento de tu vida pero ¿te has parado a pensar por qué te has comportado así? Quizás si eres fumador, sí (aunque en este caso, el estrés no es el único de tus problemas), pero en caso contrario puede que no. Bueno, pues son formas de lidiar con el estrés y la ansiedad y son formas nocivas para nuestra salud.
Lo peor de estas formas de “lidiar” con la ansiedad o el estrés es que en muchos casos pueden empeorar la situación. Con el mindfulness podemos evitar esto, ya que consiste en la reducción del estrés mediante la atención plena. Esto se traduce en un proceso de atención de manera consciente del momento presente, ayudándonos a tomar consciencia de nuestra realidad. Y para llevar a cabo esta misión, el mindfulness se apoya en una herramienta fundamental: la meditación.
Meditación como método de desarrollo del mindfulness
Podemos definir la meditación como una actividad cuyo objetivo es conseguir un estado de atención focalizada en algo, ya sea un problema, un sentimiento, un estado emocional… Así pues, la meditación nos puede ayudar de formas muy diferentes. Al centrarnos en un solo objetivo, podemos ser capaces de estudiarlo y comprenderlo bien, para posteriormente abordarlo y encontrarle solución o simplemente para eliminar otros pensamientos nocivos que nos impiden enfocarlo bien.
Puede parecer una tarea fácil, pero nuestra mente por norma general no está centrada en una única tarea, sino que por nuestra cabeza pasan constantemente un montón de pensamientos que no permiten concentrarse. De este modo, la meditación nos puede ayudar en muchos aspectos de la vida, ya que es un recurso muy útil para hacer frente a objetivos concretos de nuestra vida. Ahora bien, ¿cómo podemos hacer para empezar a meditar? Os ofrecemos algunos consejos:
Siéntete cómodo
La comodidad es primordial a la hora de meditar, no podremos concentrarnos si nos están apretando los zapatos o el pantalón. Busca una postura cómoda pero tampoco muy relajada (no queremos dormirnos) e intenta utilizar ropa con la que te sientas a gusto.
Encuentra un lugar tranquilo
Si puede costarnos centrarnos de forma normal, imagínate hacer con estímulos a nuestro alrededor que nos distraen. Busca un rincón de paz en el que puedas dedicarte a ti y a tus (tu) pensamiento.
Aprende a respirar
Una buena forma de relajarse es a través de nuestra respiración, ya que es un mecanismo que tiene el cuerpo para regularse y ayuda a bajar nuestras pulsaciones para luego centrarnos en nosotros mismos.
Sé constante
Los primeros pasos nunca son fáciles, pero si creas una rutina de meditación cada vez te resultará más fácil.
Si aun así crees que te va a resultar difícil empezar a meditar, existen apps como Medita, que te pueden ayudar a dar los primeros pasos de meditación.
Como ayuda el mindfulness a la reducción del estrés
Una vez explicado en qué consiste la meditación, toca analizar cómo es su aplicación en la metodología mindfulness. Como hemos dicho anteriormente, el mindfulness parte de la premisa de la atención plena para reducir el estrés y conseguimos esa atención gracias a la meditación. Su pilar básico consiste en que, a través de la meditación, seamos capaces de vivir el presente y reconocer lo que está sucediendo en el momento tal y como está sucediendo.
Y puedes pensar: “eso ya lo hago en el día a día” … ¿Estás seguro? En el mundo actual vivimos con un ritmo de vida muy acelerado (más si vives en una gran ciudad), nos parece bastante difícil. Te levantas con prisas pensando en que vas con la hora justa para el trabajo, sacando la comida del congelador para mañana, con la mente puesta en la presentación que tienes que entregar a última hora, deseando que llegue el fin de semana… Un montón de pensamientos que se centran en un futuro, no muy lejano, pero un futuro.
El mindfulness busca un momento de tranquilidad en el que nos centremos en el instante que estamos viviendo, sin elaborar juicios o sentimientos de la situación. Por ello, la meditación consigue ser la mejor herramienta para llevarlo a cabo, ya que en ese estado nuestra mente está más dispuesta a centrarse en la experiencia que está experimentando nuestro cuerpo y nada más.
Gracias a estos momentos de desconexión y de autoconocimiento evadidos de los problemas del futuro, conseguiremos reducir nuestros niveles de estrés y ansiedad, despejando nuestra mente y preparándonos para afrontar los posibles problemas que puedan surgir.
Un ejercicio práctico de mindfulness
Para terminar, os vamos a proponer un ejercicio práctico con el que empezar.
Ponte el cronómetro y reserva un minuto de tu tiempo, lo va a dedicar a estar aquí y ahora. Presta atención a lo que estás sintiendo, no pienses en el pasado ni en el futuro. Respira. Fíjate en tu respiración y cuenta cada espiración. ¿Cuántas has contado? ¿Has llegado al minuto sin pensar en las tareas pendientes del día? ¿O se te ha cruzado algún pensamiento en tu camino?
¿Un minuto es mucho? Ponte 15 segundos. Las primeras veces cuesta pero es cuestión de práctica. Vuelve a intentarlo cuando tengas un momento para ti.