Invertir requiere tiempo. Pensar en qué se quiere invertir, los riesgos que se quieren correr, el horizonte temporal…
Pero, ¿quién va sobrado de tiempo en estos días? El trabajo, los estudios, las labores del hogar, los hijos… Si una de estas cosas no te quita horas al día, te lo quitará otra, o todas a la vez. Además, tenemos que llevar las cuentas de la casa y vigilar nuestros gastos para conseguir ahorrar un poco a fin de mes y, con suerte, invertirlo sabiamente.
Con el ahorro puede ser más fácil, más si tenemos en cuenta que hay aplicaciones como la de Ahorro Periódico, que nos quita ese peso de la cabeza. Pero, como ya hemos dicho, invertir requiere tiempo. Entonces, ¿hay alguna opción para invertir sin comernos mucho la cabeza? Quizás sí. Hoy os vamos a hablar de la gestión pasiva, una forma de invertir que no te quitará (tanto) tiempo.
Aprender a gestionar el tiempo
Concepto de la gestión pasiva
La gestión pasiva hace referencia a la inversión que busca replicar el comportamiento de un índice de referencia, tal como puede ser el Ibex 35 o el S&P 500. Esta forma de inversión aparece como contraposición a la gestión activa, que podríamos llamar también “tradicional”, que busca activos financieros con los que superar la rentabilidad del mercado.
El creador de esta forma de inversión fue John Bogle, fundador también del fondo de pensiones The Vanguard, al comprobar que muchos de los gestores de fondos no conseguían batir al mercado de forma continuada. Pero, ¿qué tipos de productos de gestión pasiva podemos encontrar? Podemos diferenciar principalmente dos tipos de productos de este tipo de inversiones: los fondos de inversión indexados y los ETFs. Aunque son productos parecidos, son diferentes y os lo explicamos:
En este tipo de vehículos de inversión, el gestor intentará replicar el comportamiento del índice al que intenta imitar. ¿Cómo se consigue esto? Comprando acciones de la compañía de dicho índice en el mismo porcentaje que ocupan estas. Para verlo más claro, un ejemplo:
En la actualidad, el sector financiero ocupa el 27,68% de la ponderación del Ibex 35 y está compuesto por Santander (13,78%), BBVA (7,07%), Caixabank (3,47%), Bankinter (1,25%), Banco Sabadell (1,23%) y Bankia (0,88%). Pues bien, si compramos un fondo de inversión indexado al Ibex 35, estos valores ocuparán ese mismo porcentaje en la cartera. Y así con las demás compañías que están dentro del selectivo.
Este tipo de productos aúnan características de los fondos de inversión y de las acciones. También llamados fondos cotizados, los ETFs son grupos de activos financieros de un índice en concreto, de divisas, materias primas o incluso sectores concretos.
Sin embargo, a diferencia de los fondos indexados, los ETFs funcionan como acciones y se pueden comprar y vender en cualquier momento. Otra diferencia es que la cotización de los ETFs cambia en tiempo real, no al final de la sesión como los fondos. Además, su fiscalidad es diferente, aplicándose la de las acciones en vez de la fiscalidad de fondos.
Ventajas y desventajas de la gestión pasiva
Una vez aclarado en qué consiste esta forma de inversión, os vamos a hablar de la diferencia entre gestión activa y gestión pasiva y cuáles son sus pros y sus contras.
Ventajas de la gestión pasiva
- Menos gastos de gestión
El principal beneficio que aporta este tipo de inversiones es que reduce costes. Al relegar el trabajo del gestor al segundo plano, disminuyen las comisiones de gestión, puesto que solo consistirán en replicar el comportamiento del mercado.
- Menos inversión de tiempo
Al imitar la evolución de un índice o sector de activos financieros, el seguimiento de la inversión no requiere tanta dedicación como en la gestión activa y resulta más simple. Ahora bien, eso no quiere decir que inviertas tus ahorros y te olvides. Echa un ojo de vez en cuando.
- Diversificación
Cuando invertimos en productos financieros de gestión pasiva, no lo hacemos en un valor, sino en el conjunto de todos ellos. Eso ofrece diversificación y un reparto del riesgo de tu inversión que balanceará tus pérdidas en caso de que a un sector le haya ido mal y a otro bien.
Desventajas de la gestión pasiva
- Diversificación parcial
Si bien es cierto que los productos de gestión pasiva están diversificados, lo hacen de forma sesgada. Por ejemplo, si nosotros compramos ETFs del Ibex 35 y entra en una racha bajista, la diversificación del índice no servirá de nada. Por eso también conviene diversificar tu inversión.
- Baja capacidad de reacción
Por la forma en la que están estructurados este tipo de productos, la capacidad de reacción del gestor es nula. En un fondo de inversión tradicional, si las cosas se tuercen, el responsable de la gestión se encargará de realizar los cambios convenientes y escoger activos que pongan la situación a tu favor.
En resumen, la gestión pasiva pone el foco de confianza del inversor en la eficiencia del mercado en vez de en la de un gestor. Como todas las decisiones de inversor, tiene sus pros y sus contras y lo que tienes que averiguar es qué es lo que más te interesa a ti.
Dependiendo de tu perfil de inversión, objetivos y horizonte temporal, quizás la gestión pasiva sea la mejor opción, o es posible que la gestión activa se adapte mejor a tus necesidades. Por eso, antes de tomar ninguna decisión, el primer paso que debes dar es pedir asesoramiento financiero para encontrar tu camino hacia la inversión.
Habla con un experto
En Renta 4 Banco sabemos lo importante que es la información en momentos de tanta volatilidad. Siendo fieles a una filosofía slow finance es importante actuar reflexivamente pero con decisión para controlar el riesgo según tus objetivos a medio plazo. Habla con tu asesor para que te ayude a determinar la forma más apropiada de actuar.
Te recordamos que en Renta 4 Banco estamos a tu disposición para evaluar tus inversiones y controlar los riesgos, y especialmente en los momentos de incertidumbre.