La economía se está ralentizando. Después de años de crecimiento, las primeras alarmas empiezan a sonar.
Sin embargo, cabe preguntarse: ¿estamos realmente ante una próxima recesión? Es algo que nadie sabe a ciencia cierta. Algunas voces expertas piensan que sí, mientras que otros comienzan a pensar que quizás lo que ocurre es que estamos entrando en un entorno de bajo crecimiento indefinido. Y así cada vez se empieza a escuchar más la frase de “la economía está empezando a japonizarse”. ¿Pero eso qué significa?
Hoy en nuestro blog vamos a contestar a la pregunta de ¿qué es la japonización de la economía? Primero haremos un repaso a la historia de los últimos años en el país nipón, luego seguiremos con la actual situación y, finalmente, desentrañaremos si puede suponer un riesgo o no para los siguientes años.
Situación de la economía japonesa
Para explicar el término de la japonización de la economía, tenemos que viajar primero al país del sol naciente para descubrir qué ha sido de su economía en los últimos años. Concretamente, a la década de los 80, momento en el que después de muchos años de crecimiento económico, Japón comenzó a sufrir una desaceleración de su economía. Para frenarlo, el Gobierno japonés comenzó a fomentar el crédito inmobiliario, por el cual se ofrecían préstamos con intereses bajos que eran avalados con bienes inmobiliarios.
¿Sabías que después de la Segunda Guerra Mundial y gracias a los acuerdos de Bretton Woods el tipo de cambio del yen/dólar estaba fijado en 220 yenes por dólar?
Con el paso de los años, se fue generando una burbuja económica que finalmente terminaría estallando entre 1989 y 1990, momento en el que el valor de los activos inmobiliarios empezaron a caer hasta niveles cercanos al 80%. Así, el país asiático entró en crisis, una situación que se agravó posteriormente por la mentalidad del “ahorro a largo plazo” dominante en la cultura nipona. Como consecuencia, el país sufrió una caída del consumo privado y, con ello, del crecimiento económico.
Así pues, en la década de los noventa la inflación de Japón empezó a descender notablemente hasta llegar a la deflación. Una caída de los precios que, a pesar de tener incrementos puntuales no ha conseguido recuperarse. Fruto de esta “crisis perpetua”, el país lleva años de estancamiento económico del que no consigue salir. Se han llevado a cabo algunas medidas para la reactivación como bajadas de los tipos (oscilando del 0,25% al -0,1%) desde hace más de 20 años, o el llamado ‘Abenomics’ impulsado por el primer ministro Shinzo Abe y apoyado por el gobernador del Banco de Japón Haruhiko Kuroda.
Situación de la economía europea/actual
Sin embargo, la economía japonesa con el paso de los años no ha conseguido remontar a pesar de haber capeado la crisis sufrida a principios de los 90. Si bien es cierto que consigue mantenerse, no crece al nivel esperado y alcanza la famosa inflación cercana al 2%. Una vez explicada la situación económica del país durante los últimos años, toca volver a nuestros días y al actual contexto europeo y americano.
Tras el estallido de la crisis de 2008, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo se pusieron manos a la obra para que la economía no se hundiese. Y ya sabéis lo que dicen: “a tiempos desesperados, medidas desesperadas”. Estos bancos centrales comenzaron a inyectar liquidez para remontar la economía mientras que bajaban los tipos de interés (al igual que Japón).
Te explicamos el funcionamiento de los los bancos centrales aquí
¿Qué hizo la Fed?
Dada la excepcionalidad de estas medidas, se pretendía mantenerlas única y exclusivamente hasta que la situación económica mundial comenzase a remontar. Y todo indicaba que dicha recuperación parecía estar funcionando… aunque al final no ha sido así. La Fed, que en 2007 tenía sus tipos en el 4,7% los comenzó a bajar gradualmente hasta llegar al rango de entre 0,25% y 0,50%.
A partir de 2016, tras los últimos coletazos de la crisis, comenzó a subirlos poco a poco pero finalmente ha visto frenados sus intentos de normalización tras los temores ante una nueva recesión, incluso con nuevas bajadas.
¿Qué hizo el BCE?
En el caso del BCE, comandado por Draghi y su whatever it takes, apoyó la bajada de tipos al 0% con lo que pasó a llamarse Quantitative Easing (QE). Esta expansión cuantitativa consistía en la compra de activos a bancos comerciales, con el objetivo de que estos bajasen el precio de los préstamos y así aumentase el consumo y, con ello, elevar la inflación hasta un nivel cercano al 2%.
A finales de 2018, se anunció el final de este QE pero, al igual que en el caso de la Fed, a mediados de 2019 tuvieron que dar marcha atrás y reactivar la compra de activos.
¿Qué hacer en este contexto?
Así pues, parece que tanto Europa como Estados Unidos se encuentran en la misma encrucijada en la que lleva Japón casi tres décadas: tipos muy bajos e inyecciones de liquidez para aumentar la inflación y acelerar la economía. El problema para muchos es que estas medidas, antes excepcionales, se han convertido en la norma y está teniendo sus consecuencias.
¿Supone un riesgo? Está por ver, lo que está claro es que esta situación está cambiando el sistema económico tal y como se conocía. En nuestro caso, una de las partes más afectadas por esta situación es la renta fija. Este activo financiero, antes refugio de los inversores conservadores, se ha convertido en un producto complicado. La principal característica de la renta fija era que ofrecía rentabilidades pequeñas a cambio de una buena seguridad para los inversores.
Ahora, con muchos bonos y obligaciones ofreciendo rentabilidades negativas, lo que es seguro es una pérdida para los inversores que destinen su dinero a estos activos. Por tanto, el inversor conservador se va a ver obligado a exponerse a riesgo si quiere conseguir algún tipo de rentabilidad.
Habla con un experto
En Renta 4 Banco sabemos lo importante que es la información en momentos de tanta volatilidad. Siendo fieles a una filosofía slow finance es importante actuar reflexivamente pero con decisión para controlar el riesgo según tus objetivos a medio plazo. Habla con tu asesor para que te ayude a determinar la forma más apropiada de actuar.
Te recordamos que en Renta 4 Banco estamos a tu disposición para evaluar tus inversiones y controlar los riesgos, y especialmente en los momentos de incertidumbre.