Bonos, acciones, derivados… Si uno piensa en la inversión, estos son los productos que le vienen a la cabeza.
Sin embargo, ¿qué pensarías si te dijésemos que existen otras opciones en las que puedes invertir y que no son los tradicionales? Cuando una persona comienza su andadura en la inversión, siempre es importante ser precavido y encontrar activos financieros que se adapten a tus objetivos y necesidades. Y a pesar de que existen muchos mercados financieros en los que elegir una opción de inversión que se adecue, a veces no es suficiente.
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Por esa misma razón, hoy os vamos a hablar de la inversión alternativa, un tipo de inversión que se diferencia de los activos de inversión tradicionales y te ofrece diversas posibilidades.
Un alejamiento de la inversión tradicional
Para empezar a hablar de inversión alternativa, habría que aclarar qué es la inversión tradicional. Por inversión tradicional nos referimos a acciones, bonos, obligaciones… Es decir, todos aquellos activos financieros clásicos de la inversión. La primera opción en la que seguramente pensaríamos si quisiéramos sacar una rentabilidad a nuestro patrimonio.
En la actualidad, vivimos un momento complicado en el mundo de la inversión. Primero está el entorno actual de tipos negativos, con la renta fija ofreciendo rentabilidades bajas o, en muchos casos, casi nulas. Por otro lado, las tensiones geopolíticas derivadas de conflictos como la guerra comercial entre EE.UU. y China y el Brexit provocan picos de volatilidad que son difíciles de anticipar.
Sin embargo, la inversión alternativa no es algo que haya ocurrido hace dos días, sino que con el paso de los años ha ido ganando relevancia gracias a las diferencias con los activos tradicionales.
En este caso, una de las cualidades más importantes de muchos productos de inversión alternativa es la descorrelación frente a los activos tradicionales. Esto significa que el comportamiento de estas inversiones se desvincula de la tendencia que tengan los mercados financieros.
A TERNER EN CUENTA
La descorrelación puede ser positiva, pero también negativa. Es decir, puede que tus inversiones tradicionales se encuentren en racha alcista mientras que tus inversiones alternativas no.
Fruto de este comportamiento discordante, cada vez es más natural ver determinados fondos de inversión que destinan parte de su patrimonio a activos de inversión alternativa. Porque sí, la inversión tradicional no está reñida con la inversión alternativa. Es más, es otra manera más de diversificación dentro de una cartera de activos.
Algunos ejemplos de inversiones alternativas
Dentro de la inversión alternativa, podemos encontrar una amplia gama de activos en los que destinar nuestro patrimonio. Un ejemplo perfecto podría ser la inversión en activos reales o, dicho de otra forma, inversión en activos “tangibles”. Entre ellos podemos destacar las obras de arte, los coches de colección… Pero no son los únicos ejemplos de real assets. A este grupo también pertenece la inversión inmobiliaria (ampliamente conocida en España) cuando se compra un inmueble y se le saca un rendimiento mediante el alquiler, por ejemplo.
Una de las formas de inversión alternativas que más peso está adquiriendo en los últimos años es el Capital Riesgo o Private Equity. Este tipo de inversión alternativa consiste en entrar en empresas que no cotizan en el mercado para, posteriormente, recuperar la inversión y los beneficios.
El private equity busca empresas con proyección, ya sean startup o compañías consolidadas, y adquieren gran parte de sus acciones hasta pasar a ser el principal accionista de la compañía. Cuando la compañía haya crecido y se haya revalorizado, se vende esa participación y se consiguen los beneficios.
Dicho esto, aunque parezca evidente, merece la pena recordar que este tipo de inversiones conlleva riesgos (no olvidemos que se llama Capital Riesgo), dado que la inversión se realiza en empresas que son pequeñas y de las cuales no se tiene un histórico de resultados. Ahora bien, las rentabilidades que ofrece el Private Equity suelen ser mayores respecto a otros tipos de productos de inversión. Además, al ser un mercado menos conocido, hay menos competencia y se pueden encontrar más oportunidades de negocio.
Eso sí, dada la complejidad del producto, la mejor forma de entrar en Private Equity es mediante fondos de inversión que se dirijan a este tipo de inversiones. Así, aseguras que la inversión en empresas tiene un equipo gestor detrás que se encargará de la elección de compañías y su correcto funcionamiento.
Características de la inversión alternativa
Resulta difícil hablar de unas características comunes de las inversiones alternativas, teniendo en cuenta la variedad de activos que concentra. Es como intentar hablar de unas características fijas de la inversión tradicional, con productos tan dispares como la renta fija o los derivados.
Por ejemplo, es recurrente leer que este tipo de inversiones se caracterizan por ser ilíquidas o que se necesita una gran cantidad de dinero para entrar en ellos. Sin embargo, son medias verdades porque dependiendo del activo que te interese, tendrá unas características u otras.
Así pues, la inversión alternativa además de ser una opción diferente de sacar rendimiento a tus ahorros, sirve como forma de diversificación de tu dinero. Gracias a la descorrelación, es una manera interesante de desligar tus ahorros del devenir de los mercados financieros. Eso sí, antes de tomar el camino de la inversión alternativa, entérate bien de los riesgos que vas a asumir, en muchos casos mayores que los que puedas tomar con los productos tradicionales.
Por ello, cuenta siempre con un asesor de confianza que te ayude a perfilar tu nivel de aversión al riesgo, horizonte temporal y objetivos de rentabilidad. Si todo esto se alinea con la inversión alternativa, quizás sea el momento de dar un paso adelante.
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