Desarrollar una idea no es fácil. Puedes tener claro qué quieres contar pero… ¿cómo debes contarlo?.
Escribir una novela puede parecer una odisea parecida a las aventuras de Ulises de vuelta a Ítaca. Sin embargo, no tiene por qué ser tan complicado. En el momento en el que se nos enciende la bombilla y tenemos una idea, habremos empezado a recorrer el camino. Ahora bien, son solo los primeros pasos del proceso creativo. ¿Cómo debemos continuar?
Para responder a esta pregunta, hemos contado con el escritor Carlos Díaz Domínguez, madrileño que cuenta con siete novelas en su haber, además de varios relatos y cuentos. El autor pasó por nuestros Ciclos Invierte en ti y charló con los asistentes sobre el proceso creativo y las facilidades que existen hoy en día a la hora de publicar un libro.
El punto de partida
Escribir una novela puede imponer de primeras. Tener una idea, elaborar el relato y darle el final adecuado es una tarea a la que hay que poner empeño. Para Carlos Díaz, “la escritura es un oficio. Escribir no es solo cuestión de poseer una acentuada imaginación. Esas ideas hay que llevarlas al papel”. Sin embargo, el autor matiza: “Desde luego que se puede uno poner a escribir desde un primer momento, pero contar cosas con precisión, con belleza literaria, transmitir sentimientos solo mediante el uso de las letras requiere un proceso que lleva un tiempo”.
Pero… ¿cómo empezamos a escribir un libro? Según el novelista, hay que tener las cosas claras. “Saber qué queremos contar, de qué época, qué pasó en ese momento, cómo era la sociedad, la situación política del país… Ahí tiene que haber muchas horas de biblioteca”. Además, esas horas de biblioteca pueden ayudar a encender la chispa de la imaginación. El escritor encuentra su inspiración a través de la investigación: “Busco hitos históricos en revistas, libros, películas… y ahí hallo siempre el arranque de una trama para desarrollar”.
¿Y cuál es la mejor forma de trabajar?
Para Díaz, es importante encontrar el momento: “No es un tema de horario, es un tema de época, de período de tiempo. Es imprescindible que creemos cuando más tranquilos nos encontremos. De acuerdo con el autor, la escritura además puede ser compatible con otro trabajo, y además él tiene claro cuál es la mejor época del año para escribir: “Si se tiene un trabajo convencional, el mejor momento son las vacaciones estivales”.
El proceso de publicación de un libro
Ahora bien, con el proceso creativo no termina el trabajo a la hora de publicar un libro. Sin embargo, al autor le gusta remarcar las facilidades que se pueden encontrar hoy en día. “Para publicar hace diez años había que contar con una editorial que produjera el libro, y eso limitaba mucho el lanzamiento de un ejemplar”. En la actualidad, la publicación de libros es un proceso más sencillo gracias a la aparición de plataformas digitales, con ellas “cualquiera puede subir un texto a esa plataforma y lanzarlo al mercado en 24 horas. No hay ningún filtro”.
Pero estas facilidades tienen una contrapartida para el escritor: la responsabilidad para con el lector. De acuerdo con Díaz Domínguez, “hay que ser mucho más autoexigente que antes puesto que vas a poner a disposición del público un trabajo que no va a pasar más filtros que los que tú le pongas”. Por eso, es vital que entender que debe existir un “compromiso de calidad que tiene que asumir el escritor con los potenciales lectores”.
Los retos de la novela histórica
Díaz Domínguez es escritor de novela histórica, uno de los géneros más populares entre los lectores. Este género entraña, evidentemente, unas características concretas. “La principal dificultad de este tipo de novelas es que requiere ser muy exigente con la documentación que se maneja”.
Eso sí, el autor añade que debemos “poner límite a esas lecturas, puesto que podríamos pasarnos media vida documentándonos para escribir de una época en concreto”.
Visto que la documentación es una parte indispensable de la novela histórica, ¿cuál es la importancia de la idea original o el motor del relato? Díaz asegura que “la idea original tiene que tener la suficiente fuerza para animar al escritor a pasar muchos meses de su vida investigando”. Por eso, el autor asegura que la metodología de trabajo incluye que “la documentación tiene que ser anterior a la novela. Luego se ajustarán extremos puntuales que nos hayan podido quedar sueltos, pero el mayor tiempo de lectura tiene que ser antes”.
Ahora bien, para Díaz Domínguez hay algo que no puede faltar en una buena novela, sea del género que sea: “Unos personajes que se queden con nosotros mucho tiempo después de finalizar su lectura. Imprescindible”.