La inversión en metales preciosos es una estrategia muy utilizada a la hora de diversificar carteras. Este tipo de inversión suele verse menos afectada por factores externos, distinguiéndose por su gran nivel de estabilidad y liquidez.
En este artículo vamos a contarte todos los secretos de la inversión en metales preciosos para que, si te estás planteando realizar este tipo de inversión, cuentes con toda la información necesaria.
¿Qué es la inversión en metales preciosos?
La inversión en metales preciosos es una de las técnicas de inversión más antiguas. Hablamos de metales cuyo valor y escasez, han levantado la curiosidad de los inversores desde hace cientos de años.
Los metales preciosos en los que es posible invertir son cuatro: el oro, la plata, el paladio y el platino. Pero los dos que cumplen con los requisitos esperables de una inversión de este tipo, que como dijimos antes, son la estabilidad y la liquidez, son el oro y la plata.
Y entre ambos, el oro destaca especialmente como la inversión más estable. En este sentido, cabe destacar que las inversiones en oro no se encuentran afectadas por el IVA, mientras que las de plata sí, al 21 %. Si bien es cierto, que si se invierten más de 250.000 euros y se acepta la entrega en un puerto franco, sin sacarla de ahí, se evitaría este impuesto.
Cómo invertir en metales preciosos
Una vez aclarado en qué metales es posible invertir actualmente, pasemos a explicar cómo llevar a cabo la inversión. Existen diversas maneras que analizaremos a continuación:
- A través de la compra directa: Se trata de una de las características que diferencia la inversión en metales preciosos respecto a otros tipos. Y es que, los metales preciosos pueden comprarse directamente por lingotes a través de empresas especializadas. Respecto a dicha posibilidad, es muy importante extremar al máximo las precauciones con el fin de evitar posibles fraudes. Para cerciorarte de que la transacción es segura, debes comprobar que la empresa que realiza la venta pertenece al London Bullion Market Association y que además, todos los lingotes cuentan con la certificación correspondiente respecto a los estándares londinenses de metales preciosos.
- Otra forma es a través de los fondos de inversión de metales preciosos especializados. Hablamos de fondos cuya inversión está destinada íntegramente a los metales preciosos.
- También es posible invertir a través de futuros de plata u oro. Nos referimos a contratos financieros que regulan la compra o venta de una cantidad especificada de uno de estos metales en una fecha futura estipulada en el mismo.
- Los ETFs o fondos cotizados también funcionan como vehículos de inversión colectiva, permitiendo la inversión en estos metales.
- Por último, otra posibilidad es la inversión en acciones de metales preciosos. Más exactamente, nos referimos a acciones de compañías mineras especializadas en la extracción de este tipo de metales. No hablamos de una inversión directa en oro o plata, sino más bien de una inversión clásica basada en la compra de acciones de una empresa minera dedicada a su extracción. Lo bueno que tiene este tipo de inversión es la posibilidad de que las empresas repartan dividendos.
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¿Por qué invertir en metales preciosos?
Si tuviéramos que resaltar una ventaja de la inversión en metales preciosos como el oro, esta sería la posibilidad de tener un activo tangible y real. Y esto, ¿en qué se traduce? Pues, por ejemplo, en una garantía a la hora de obtener un préstamo.
Los metales preciosos son una inversión estable prácticamente ante cualquier situación, incluyendo una posible crisis de los mercados. De hecho, cuando se produce una recesión en los mercados financieros que provoca la caída de los valores, los grandes inversores suelen recurrir a los metales preciosos antes de que su precio ascienda.
Hay que tener en cuenta que el oro lleva funcionando como inversión o como vehículo de valor más de 4.000 años. Y no hay ningún indicador que haga pensar que en el futuro próximo va a dejar de serlo.
En resumen, se trata de una un activo real y tangible y una mayor garantía para el inversor. Quizás, podría plantearse la excepción del platino o el paladio, que al ser metales más escasos y cuya demanda industrial es bastante alta, sí que podrían ofrecer la posibilidad de una estrategia de inversión más especulativa. Pero del mismo modo, hay que tener en cuenta que el régimen fiscal en estos casos es menos favorable para el inversor que si hablamos de oro.
Posibles riesgos derivados de la inversión en metales preciosos
Como hemos mencionado anteriormente, la inversión en metales preciosos es una de las opciones más estables . De hecho, cuando se trata de metales preciosos, uno de sus riesgos es la dificultad de obtener beneficios a corto plazo.
Los activos relacionados con metales preciosos no son especulativos. Están pensados como una inversión a medio o largo plazo. Eso sí, para que reporten beneficios, siempre es recomendable obtenerlos de fuentes fiables y siempre contando con toda la información y asesoramiento adecuados. De hecho, si se utiliza como una técnica de diversificación de cartera, suele ser una inversión muy estable.
A modo de conclusión, podemos decir que invertir en metales preciosos, especialmente en oro, es una inversión estable a largo plazo, recomendada para inversores que busquen una estrategia basada en la estabilidad y la liquidez.
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