Uno de los aspectos más importantes a la hora de invertir, es dejar a un lado los sentimientos, las intuiciones y los impulsos y basar la estrategia de inversión en la recopilación de información y su correspondiente análisis entre muchos otros factores.
Las finanzas conductuales estudian cómo el cerebro toma las decisiones necesarias para escoger un tipo de inversión u otro. Los inversores no siempre responden a un comportamiento racional y para entender sus decisiones, la psicología puede llegar a ser mucho mejor aliada que las matemáticas o los estudios económicos.
A continuación vamos a contarte todos los secretos de las finanzas conductuales, un concepto muy interesante en términos de inversión.
¿Qué son las finanzas conductuales?
Las finanzas conductuales son el estudio del cerebro humano en relación a la toma de decisiones para escoger en qué invertir, cuándo y cómo hacerlo. Este estudio se basa principalmente en la detección de los sesgos que limitan dichas decisiones con el fin de evitar errores futuros, pudiendo ser especialmente útiles para optimizar las próximas inversiones.
Es lo que conocemos en inglés como behavioral financies y parte de la base de que los inversores no son individuos perfectamente racionales y de que los mercados no son 100% eficientes. En este sentido, las emociones juegan un papel muy relevante en el proceso de toma de decisiones del inversor y de ahí, nace el estudio con el objetivo de intentar averiguar hasta qué punto dichas emociones influyen en los mercados financieros.
En resumen, se trata de una combinación entre finanzas, economía conductual y psicología de la inversión.
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¿Para qué sirven las finanzas conductuales?
El objetivo de las finanzas conductuales es medir el peso que las emociones y sentimientos de los inversores pueden llegar a tener dentro del mercado financiero. Se trata de intentar averiguar cómo se comportan los inversores y en base a qué motivos regulan su comportamiento en lo que respecta a su toma de decisiones.
Los sesgos cognitivos de cada individuo, por mucha experiencia financiera que pueda tener, inducen al inversor al error, llegando a condicionar en segundo término a los mercados financieros. Estos errores ocupan gran parte del estudio de las finanzas conductuales, no sólo para intentar comprender su origen, sino también con el fin de lograr comprender a qué lógicas responde el comportamiento de los mercados. Como conclusión, podríamos decir que los dos principales objetivos de las finanzas conductuales son la optimización de las inversiones y de la gestión del ahorro.
Ejemplos de errores y sesgos cognitivos
Como comentábamos con anterioridad, explorar los sesgos que condicionan la toma de decisiones de inversión, es el punto de partida para entender el comportamiento de los inversores, la evolución del mercado y posteriormente, tratar de optimizar la inversión.
Los cinco ejemplos de sesgos cognitivos más comunes que inducen al error son:
- El exceso de confianza o familiaridad: Se trata de uno de los sesgos más peligrosos dentro del mundo de la inversión, haciendo pensar al inversor que sabe más de lo que realmente sabe y por consiguiente, haciéndole más proclive a cometer errores.
- La aversión a las pérdidas: El inversor suele estar mucho más preocupado de evitar las pérdidas que de averiguar cómo conseguir aumentar las ganancias.
- La predisposición al optimismo: Otro de los errores más comunes sucede cuando el optimismo es mucho más fuerte que el realismo. Esto suele traducirse en decisiones impulsivas, basadas en la búsqueda del retorno inmediato, que en multitud de ocasiones terminan por convertirse en graves errores.
- El efecto rebaño: La influencia de lo que hacen los demás también ocurre dentro del mundo de la inversión. Hablamos básicamente de comprar cuando compra la mayoría o vender cuando vende la mayoría, sin que la información o el análisis tomen el peso que deberían en la toma de decisiones.
- El anclaje: La primera información que motiva al inversor suele ser la que prevalece frente a posibles actualizaciones igual o más interesantes y provechosas.
Cómo intentar evitar estos sesgos en futuras inversiones
En primer lugar, tenemos que decirte que si existe una ciencia que estudia dichos comportamientos, es porque realmente son una tendencia entre los inversores y que por lo tanto, no resultan fáciles de evitar.
El primer paso será siempre reconocer su existencia, o incluso valorar cuáles de ellos han podido marcar algunas de tus decisiones pasadas como inversor.
La clave para lograr reducir al máximo su influencia es la información y el análisis, por lo que un asesor financiero puede convertirse en un antídoto muy valioso frente a esta tendencia.
El objetivo será siempre intentar encontrar la inversión más interesante desde una perspectiva lúcida, imparcial y basada en el estudio profundo de los mercados.
Los inversores, incluso los profesionales con más experiencia, no dejan de ser personas y en multitud de ocasiones, sus sentimientos y emociones son los que terminan por marcar la pauta a la hora de escoger una inversión u otra. Por eso, las finanzas conductuales son tan importantes. Conocer qué factores dominan esa toma de decisiones irracional es la mejor forma de intentar sortearlos.
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