Antes de invertir, es necesario hacerse unas preguntas ¿Qué objetivos me propongo? ¿Qué rentabilidad espero? ¿Cuál es mi aversión al riesgo?
Dudas que pueden inundar tu cabeza y provocarte una buena jaqueca. Pero no te preocupes, ¡para eso estamos nosotros aquí! Antes de lanzarse a la piscina de la inversión, hay que saber en qué invertir, y ya no nos referimos a productos como los fondos de inversión o los planes de pensiones, sino a los activos que los conforman.
Hoy te vamos a presentar los diferentes tipos de mercados financieros que existen, los activos que se negocian en ellos y en qué consisten. Principalmente vamos a distinguir cinco tipos de mercados diferentes, en base a los activos que se negocian en ellos:
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Mercado de capitales: renta fija
Los activos de este mercado son deudas emitidas tanto por Estados como por empresas privadas para conseguir financiación. Un buen ejemplo de un instrumento característico de este tipo de activo serían los bonos emitidos por el Tesoro Público en España o el T-Bond americano.
Estas deudas salen al mercado con un plazo de vencimiento, es decir, sabes cuándo vas a recuperar la inversión, y una rentabilidad, ya sea fija o variable.
Por otro lado, ofrecen más seguridad que otro tipo de activos pero, en consecuencia, aportan una rentabilidad mucho menor respecto a valores más arriesgados. Cabe destacar que, una vez la deuda ha sido emitida, puede negociarse en el mercado secundario si se quiere recuperar la inversión.
Punto fuerte de este activo
Seguridad a largo plazo, sobre todo en deuda pública.
Punto flaco de este activo
Poca rentabilidad frente a otros productos además de una posible falta de liquidez hasta la fecha de vencimiento.
Mercado de capitales: renta variable
Posiblemente el mercado más conocido de los cinco, ya que hablamos de lo que comúnmente llamamos la Bolsa. En ella se negocian las acciones, partes proporcionales del valor total de las empresas, que los inversores pueden comprar adquiriendo unos derechos.
Uno de estos derechos es el cobro de dividendo, que consiste en el reparto del beneficio obtenido por la empresa entre los accionistas.
¿Cómo se consigue aquí la rentabilidad? Bien, además del ya mencionado dividendo, por la fluctuación del precio de las acciones. Hablamos de renta variable porque el precio de las acciones va cambiando con el paso del tiempo, gracias a las noticias relativas a la compañía o al comportamiento de los inversores.
Sin embargo, esta variación tiene un lado negativo, ya que no es siempre es positiva. Por tanto, puedes conseguir una buena rentabilidad invirtiendo en acciones, pero también puedes registrar pérdidas inesperadas.
Punto fuerte de este activo
Ofrece una buena rentabilidad.
Punto flaco de este activo
Volatilidad en el corto plazo.
Mercado de divisas
¡Aquí es donde se mueve el dinero! En este mercado se negocian las divisas, es decir, las monedas de diferentes países.
En realidad, este mercado se creó con el fin de facilitar el flujo monetario procedente del comercio internacional más que como un mercado de inversión propiamente dicho. Por tanto, resulta natural que sea el mercado más líquido y de mayor tamaño de todos.
Sin embargo, eso no significa que no puedas sacar una rentabilidad de los tipos de cambio, gracias a la fortaleza de una moneda frente a otra, fruto de la situación económica del país de la divisa, los bancos centrales, política exterior…
Punto fuerte de este activo
Al tratarse de dinero en efectivo, es un valor muy líquido y puedes recuperar tu dinero invertido ipso facto.
Punto flaco de este activo
Requiere un alto nivel de cultura financiera para poder operar de forma segura.
Mercado de materias primas
Como su propio nombre indica, aquí los principales activos con los que se negocia son materias primas o productos básicos. Vamos, como ir al mercado de debajo de casa pero a gran (gran) escala. Este tipo de activos tienen en cuenta muchas variables como eventos climatológicos o conflictos políticos que hacen oscilar su precio en porcentajes que pueden ir desde el 20% hasta el 80%. Por tanto, hablamos de activos muy volátiles. Los principales productos que encontramos son:
Materias agrícolas
- Energía
- Metales
- Metales preciosos
Punto fuerte de este activo
Al ser tan volátil, puede ofrecer mucha rentabilidad.
Punto flaco de este activo
Esa volatilidad lo convierte en un activo muy arriesgado.
Mercado de derivados
Este es, posiblemente, el mercado financiero más difícil de entender de todos. Los derivados son productos cuyo valor se basa en el precio de otro activo, que se denomina subyacente.
Este tipo de instrumentos financieros son bastante más complejos que los mencionados anteriormente y toman como subyacente tanto acciones como materias primas, renta fija, índices bursátiles o tipos de interés.
La principal ventaja de los mercados de derivados es que nos van a permitir posicionarnos a la baja, es decir, obtener beneficios con las caídas del mercados. Podemos hacer una distinción entre los derivados dependiendo del tipo de contrato:
Futuros
Este derivado tiene la particularidad de que el comprador se compromete a adquirir un activo (un índice, acciones, divisas o materias primas) en una fecha futura a un precio fijado. Al tratarse de un producto derivado no tenemos que desembolsar el importe total de la inversión, sino solo un porcentaje, en concepto de garantías. Esto nos permite obtener un beneficio similar con una inversión menor, asumiendo lógicamente un mayor riesgo.
Opciones
La principal diferencia entre este producto y los futuros es que las opciones proporcionan el derecho (no la obligación) de ejecutar una compra (opción call) o venta (opción put) sobre un subyacente en el futuro a un precio conocido de antemano. El inversor que compra una opción paga el precio o prima, quedando su posible pérdida limitada a la inversión, mientras que el inversor que vende la opción cobra el precio de la prima, pero puede registrar amplias pérdidas, en función de la evolución del subyacente.
Warrants
Este tipo de derivado es bastante parecido a la opción, aunque se diferencia principalmente en dos características. La primera es que en los Warrants siempre hay un emisor detrás, mientras que en las opciones la contrapartida es otro inversor (aunque en medio exista una cámara de compensación que asegure la inversión). La segunda es que tú como inversor no puedes vender warrants, solo puedes comprarlos, aunque puedes obtener beneficios de las caídas del mercado comprado un Warrants put.
CFD
Los CFD (Contrato por diferencias) permiten obtener beneficios con los movimientos de la cotización sin necesidad de tener en propiedad el activo subyacente. Permiten invertir al alza (posiciones largas) e invertir a la baja (posiciones cortas), obteniendo como beneficio o pérdida la diferencia entre el precio del activo en el momento de apertura y cierre de la posición.
Punto fuerte de este activo
Apalancamiento, o posibilidad de obtener un alto beneficio con una inversión menor.
Punto flaco de este activo
Este apalancamiento hace que sea una inversión muy arriesgada, en la que se puede perder incluso más de lo invertido.
Bien, con esto ya conocerás los principales mercados financieros y podrás moverte como pez en el agua. Eso sí, tanto si eres primerizo como si eres ya un alumno aventajado, antes de invertir pide asesoramiento financiero. Porque, aunque puedes conocer el tipo de activos que se negocian en los mercados, invertir siempre conlleva riesgo y el mejor salvavidas es contar con ayuda profesional.
Habla con un experto
En Renta 4 Banco sabemos lo importante que es la información en momentos de tanta volatilidad. Siendo fieles a una filosofía slow finance es importante actuar reflexivamente pero con decisión para controlar el riesgo según tus objetivos a medio plazo. Habla con tu asesor para que te ayude a determinar la forma más apropiada de actuar.
Te recordamos que en Renta 4 Banco estamos a tu disposición para evaluar tus inversiones y controlar los riesgos, y especialmente en los momentos de incertidumbre.
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