Si preguntamos a un ciudadano de a pie qué son las finanzas DeFi, a muchos le sonará a chino (y un poquito a inglés). Pero si hablamos de finanzas descentralizadas, ahí ya tenemos alguna pista. En este post vamos a desarrollar este concepto para llegar a entender qué son, cómo funcionan y, en definitiva, para qué sirven este tipo de finanzas.
DeFi es la abreviatura en inglés de Decentralized Finance, es decir, finanzas descentralizadas. Así se denomina a un tipo de ecosistema financiero diferente al tradicional, ya que está construido sobre la tecnología blockchain.
Además, otra de sus característica principales es que son los propios usuarios quienes intercambian activos y servicios financieros entre sí, sin que haya implicados intermediarios. Eso conlleva que los productos no dependen directamente ni de las normas que aplican las entidades bancarias o los bancos centrales, ni de comisiones de corredores de Bolsa, en el caso de compraventa de criptoactivos, y tampoco de exchanges centralizados, las plataformas en las que se suelen realizar los intercambios de criptomonedas y que también repercuten gastos y están gestionados por personas.
Que las finanzas descentralizadas funcionen gracias al blockchain es importante, ya que esta tecnología hace posible que los activos se almacenen y transfieran de manera digital. Además, en estas transacciones se utilizan Smart contracts o contratos inteligentes para automatizar las transacciones financieras sin intermediarios. Estos contratos se ejecutan de manera automática cuando se cumplen ciertas condiciones predefinidas, lo que permite que las transacciones se desarrollen al instante y sin errores humanos.
Beneficios de las DeFi
Los defensores de las DeFi hablan de inclusión financiera y argumentan que permiten acceder a servicios sin necesidad de tener una cuenta abierta en un banco. Eso es importante si recordamos que no todas las regiones del mundo están tan bancarizadas como Occidente. Millones de personas que viven en esas circunstancias pueden beneficiarse de este sistema, simplemente necesitan contar con una conexión a Internet para poder crear un monedero virtual donde depositar y gestionar sus activos digitales. De hecho, otra ventaja es que los servicios que ofrecen las finanzas descentralizadas se pueden usar desde cualquier parte del mundo.
También las DeFi presentan beneficios en cuanto a las comisiones, ya que los gastos que se aplican por las transacciones son menores a los que repercuten las entidades tradicionales. Que en las DeFi los procesos estén automatizados posibilita reducir esos gastos que pagan los usuarios.
Asimismo, hay que destacar que las operaciones realizadas en el ecosistema DeFi se registran mediante blockchain, lo que significa que son públicas y, por tanto, cualquier persona puede verificarlas.
Riesgos de las DeFi
Para algunos esa descentralización y falta de intermediarios tradicionales puede ser, precisamente, un motivo de indefensión. Por ejemplo, el olvido de las claves personales para abrir al monedero virtual conllevaría la pérdida del acceso a los fondos. Mientras que si olvidamos nuestras credenciales asociadas a un banco tradicional, este nos daría alguna opción para recuperarlas.
Lo cierto es que en el sistema financiero tradicional es posible verificar la identidad de los clientes y tener información sobre su perfil de riesgo, capacidad de endeudamiento, etc. Mientras que en la tecnología blockchain, la identidad que se utiliza no aporta información sobre la persona, lo que podría dificultar la prevención de delitos o fraudes.
En cualquier caso, siempre se está expuesto a un hackeo que afecte a nuestro monedero digital o a ser víctima de una estafa. Además, hay que recordar que ninguna inversión está exenta de riesgo, y aquí nos podemos encontrar gran volatilidad en los precios de los activos digitales.
¿Para qué sirven las DeFi?
Ya hay muchos usos prácticos, pero se espera que las posibilidades se multipliquen a medida que se vaya desarrollando el ecosistema. De momento, ya se están adaptando productos típicos como hipotecas o préstamos a las finanzas descentralizadas.
En el caso de los créditos, por ejemplo, su funcionamiento es sencillo de entender. Los usuarios prestan sus criptoactivos en una plataforma común en la que otros interesados contribuyen con sus activos. Cuando alguien necesita un préstamo lo solicita presentando una garantía y paga una comisión. Los intereses que se pagan al prestamista se sacan de esas comisiones.
Las DeFi asimismo se utilizan mucho para operaciones de trading, es decir, los usuarios pueden comprar, vender e intercambiar criptomonedas sin la necesidad de intermediarios. O incluso para realizar otras operaciones de inversión como la operación con derivados o guardar los criptoactivos en productos similares a los depósitos a plazo.
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