La subida de los tipos de interés ha vuelto a poner a la Renta Fija en el punto de mira de los ahorradores, en especial a los instrumentos de deuda pública como las letras del Tesoro o los bonos y obligaciones del Estado. Sin embargo, hay también otras clases de activos de deuda al alcance de los inversores. Conozcamos hoy a fondo qué son los bonos y las distintas clases de bonos en los que podemos colocar nuestro dinero en busca de rentabilidad.
¿Qué son los bonos?
Un bono es un valor emitido por una empresa o una entidad pública para obtener capital. Estos títulos representan un préstamo que hace el comprador, también llamado bonista, a esa organización. El emisor, como contrapartida, se compromete a devolverle el capital principal, junto con los intereses acordados, denominados cupón, en una fecha también conocida de antemano.
Por eso los bonos se consideran activos de Renta Fija, ya que a menos que el emisor quiebre y por tanto incurra en un impago, da igual cómo evolucione la compañía, los inversores recibirán a la fecha de vencimiento el interés fijo (o variable) al cual se ha comprometido la organización emisora.
En nuestro artículo sobre la diferencia entre bonos y acciones, profundizamos en la diferencia de este tipo de instrumento financiero con otro producto de renta variable.
¿Qué tipos de bonos existen?
Bonos públicos y privados
Entre los bonos públicos destacan en España, por encima de todos los demás, los bonos del Estado, emitidos por el Tesoro público con el objetivo de financiar las necesidades de gasto contempladas en los Presupuestos Generales del Estado.
Pero hay otros muchos organismos públicos y administraciones que también acuden al mercado en busca de préstamos en forma de bonos, desde los ayuntamientos o comunidades autónomas, a organismos supranacionales como la Comisión Europea o el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
En cuanto a los privados, se denomina bonos corporativos ya que son emitidos por las empresas con el objetivo de financiar su desarrollo y actividades.
Tipos de bonos según el cupón
También es interesante clasificar el tipo de cupón que ofrecen. Según esta características diferenciamos tres tipos de bonos:
- Bonos con cupón fijo: es el más habitual ya que se refiere a activos que reparten periódicamente un interés ya prefijado. Aunque se indica de forma anual, lo cierto es que lo normal es repartirlo trimestral o semestralmente. En este caso, si tenemos un bono con un nominal de 1.000 euros con un cupón fijo del 4%, recibiremos 10 euros cada trimestre o 20 euros cada seis meses.
- Bonos cupón cero: esta modalidad de bono no paga intereses hasta la fecha de vencimiento, cuando también se recibe el importe del prestado. A cambio, su precio es inferior al valor nominal del título o, lo que es lo mismo, la rentabilidad del principal es superior.
- Bonos con cupón flotante: en este caso hablamos de activos que proporcionan un cupón que no es fijo, sino que varía en función de cómo evoluciona un determinado referente de interés, por ejemplo, el Euríbor, más un diferencial que sí que es fijo.
Tipos de bonos según sus características
La gama de bonos en el mercado es cada vez más variada. Veamos los más comunes:
- Bonos de deuda perpetua: son aquellos que únicamente pagan intereses variables, pero nunca el principal. Eso sí, los cupones se reciben de forma vitalicia. Su rentabilidad depende directamente del tipo de interés al que estén vinculados.
- Bonos convertibles: en este caso, el bonista puede optar por canjearlo por acciones de nueva emisión, a precio prefijado. Dada esa posibilidad, el cupón es inferior al que tendría sin la opción de conversión.
- Bonos canjeables: similar al convertible, pero en esta modalidad puede ser canjeado por acciones ya existentes de la empresa u organización, en lugar del capital.
- Bonos de caja: son títulos emitidos por una empresa, la cual reembolsará el préstamo al vencimiento pactado. El capital obtenido tiene como objetivo cubrir necesidades de tesorería de la compañía.
- Bonos strip: son aquellos bonos que pueden ser divididos, distinguiendo básicamente los pagos de los cupones periódicos y el pago del principal, y así negociarlos por separado.
- Bonos basura: se consideran títulos de alto riesgo por sus posibilidades de impago y baja calificación crediticia, pero ofrecen como compensación un alto rendimiento. Este es el tipo de bono que el inversor con menor tolerancia al riesgo debe evitar en la cartera.
Acciones vs. bonos
De alguna manera se podría decir que los bonos son la versión de renta fija de las acciones cotizadas. Cuando una empresa necesita financiar su crecimiento y actividades, acude al mercado en busca de inversores que le aporten ese dinero y existen básicamente dos opciones principales para conseguirlo: ser una empresa cotizada y hacer copropietarios de una parte de la compañía a los accionistas que compren los títulos en Bolsa o emitir deuda y convertir en prestamistas temporales a quienes adquieran los bonos. Ambas opciones no son incompatibles, ya que muchas veces las empresas cotizadas periódicamente emiten bonos.
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