¿Cómo se reparte una herencia en España?

El fallecimiento de un allegado siempre es una situación penosa, pero lo es aún más si surgen dudas con el reparto de la herencia.

En España la normativa sobre reparto de una herencia es clara, pero en este post te exponemos algunos casos que podrían generar alguna duda, máxime en momentos en los que la pena nos lleva a no tener la cabeza del todo lúcida. Por ejemplo, cómo repartir la herencia en el caso de que no haya testamento, que no se tuviera hijos, pero sí nietos, o que los herederos no se pongan de acuerdo.

¿Cuál es la diferencia entre reparto de la herencia y aceptación?

¿Qué es antes el huevo o la gallina? En el caso que nos ocupa va primero la aceptación de la herencia, que es el acto por el que los herederos manifiestan si quieren o no acceder a esos bienes. Hay que tener en cuenta que el trámite de heredar conlleva gastos o deudas que en ocasiones no compensa asumir.

La adjudicación o reparto de la herencia, entonces es el siguiente paso, y consiste en el acto por el cual se realiza el reparto del total del patrimonio y en el que se indica específicamente qué bienes corresponden a cada heredero. 

¿Cómo se reparte una herencia si hay testamento? ¿Y si no lo hay?

Si hay testamento, las herencias en España siempre constan de tres partes: tercio de la legítima, tercio de mejora y tercio de libre disposición. Lo que permite el testamento es distribuirlas según los deseos del testador.

Sin embargo, aquí hay que aclarar que uno no tiene absoluta libertad para distribuir su patrimonio. Efectivamente el Código Civil estipula a quién se podrá dejar cada una de estas partes. Por ejemplo, no es tan fácil desheredar completamente a un hijo o no es posible dejar todo nuestro patrimonio a una persona si hay otros herederos legales.

El tercio de la legítima se reparte entre los herederos legítimos, es decir, cónyuge del fallecido y sus hijos, si los hubiera, o los descendientes de estos cuando han fallecido.

Tal y como indica su denominación, el tercio de mejora es la parte de la herencia que, por voluntad del testador, recibe un descendiente que no sea heredero legítimo o que siéndolo se quiera beneficiar en mayor proporción que al resto.

Y por último el tercio de libre disposición se puede destinar a quien se quiera, independientemente de que sea familiar o no.

En el caso de reparto de la herencia sin testamento, es el Estado el que se encarga de hacer la distribución según las indicaciones ya explicadas, pero eliminando ese tercio de libre disposición.

Es importante tener en cuenta que un fallecimiento sin testamento no impide que aquellos que tienen derechos de parentesco reciban su parte de la herencia, ya que este derecho existe independientemente de la existencia del testamento.

Qué ocurre cuando no hay acuerdo en el reparto de la herencia 

Lo normal es que se respete la voluntad del fallecido plasmada en el testamento, pero como en todas las casas cuecen habas… no siempre es así. También se dan muchos casos en los que algún heredero no sabe si aceptarla o no, o que simplemente no interpreta de la misma manera que los otros lo que pone en el documento o, a falta de testamento, lo que decida el Estado vía notario.

En ese caso, la herencia queda bloqueada y sin posibilidad de repartirse hasta que todos los implicados firmen su conformidad o renuncien a los bienes.

Heredar entre cónyuges

Pero veamos otros casos, por ejemplo, cómo se reparte la herencia si fallece uno de los cónyuges, ¿pueden los hijos reclamar la parte del padre o la madre o los bienes van sólo para el cónyuge vivo?

Los hijos son herederos legítimos de dos tercios de las propiedades, sin embargo, será la madre o el padre el que disfrute del usufructo de parte de los bienes de los hijos. Es decir, los descendientes son los propietarios, pero el progenitor tiene el derecho a usarlos y disfrutarlos hasta su fallecimiento.

¿Qué sucede con la herencia en un matrimonio sin hijos? Si no hay ascendientes ni descendientes, hereda el cónyuge toda la masa hereditaria del fallecido. 

Otros casos que se puede dar es que no haya hijos porque estos han fallecido, pero sí hay nietos. Entonces estos serán los herederos, ya que reciben la parte que les hubiera correspondido a su padre o madre. Es decir, que sí es posible la herencia de abuelos a nietos.

Si el fallecido no tenía descendientes, los llamados a heredar son los padres, y si no los tiene, los demás ascendientes y el resto de familiares, empezando por los hermanos.

La importancia de hacer testamento

Es esencial ver si el fallecido ha dejado testamento o no. Este documento jurídico es muy útil, ya que en él queda plasmado lo que el testador decida para sus bienes una vez que falte, de manera que quede ordenada su sucesión conforme a sus deseos.

Para el reparto de la herencia sin testamento, en cambio, es el Estado siguiendo la normativa vigente el que se encargará de la adjudicación y de determinar cómo se distribuye el dinero en metálico o invertido y el resto de los bienes.

Así que los expertos siempre recuerdan que el otorgamiento de testamento en vida evita gastos mayores, pérdidas de tiempo y problemas en las familias.

En conclusión, el reparto de una herencia en España implica considerar factores legales, familiares y patrimoniales, asegurando una distribución equitativa y conforme a la voluntad del fallecido o a la normativa legal vigente.

La responsabilidad de administrar y preservar la herencia recibida lleva a muchas personas a buscar opciones de inversión con el objetivo de maximizar el rendimiento y asegurar la estabilidad financiera de sus descendientes. En este contexto, la selección de productos de inversión se convierte en algo crucial para proteger el legado familiar.