El teletrabajo ha llegado para quedarse. Toca adaptarse a los nuevos tiempos.
Evidentemente, muchas personas llevan bastante tiempo (algunos la mayor parte de su vida laboral) trabajando de forma telemática, ya sea en su casa o en los famosos coworking. Sea como fuere, nuestro país estaba a la cabeza a la hora de hablar de presencialismo en el trabajo. Tan solo hace falta echar la vista atrás un poco y comprobamos que el 93% de los españoles no habían practicado nunca el teletrabajo. Sin embargo, la llegada de la pandemia obligó a muchas empresas a tomar esta vía y ahora ya tenemos hasta una ley propia que regula esta forma de trabajo.
Es oficial, parece que el teletrabajo está aquí para quedarse. Ahora bien, es posible que a pesar de las muchas ventajas que tiene esta forma de trabajo no consigas adaptarte a ella. Nos cuesta adaptarnos a los cambios (aunque sean beneficiosos), por eso hoy en nuestro blog os vamos a dar una serie de consejos para que os aclimatéis al teletrabajo y mejoréis vuestra productividad si aún no lo habéis conseguido.
La importancia de la rutina y los horarios
Los humanos somos seres de rutina. Nos ayuda a organizarnos mentalmente y a prepararnos para el día a día. Es una forma de estructurar nuestra vida y saber cómo llevarla a cabo. Con el teletrabajo, es fácil perder la rutina de levantarte, arreglarte, etc. Sin embargo, nuestra mente trabaja de forma cuadriculada y por eso mantener una rutina diaria es esencial es esencial de cara al teletrabajo, ya sea tu primera experiencia laboral o tengas experiencia previa en oficina.
Levantarte a una misma hora todos los días, ducharte y cambiarte de ropa, desayunar… Evidentemente no tiene que ser en ese mismo orden, pero si nos estructuramos una especie de “ritual” antes de comenzar a trabajar, en el momento en el que nos sentemos delante del ordenador nuestra mente estará mejor preparada de cara al trabajo que si nos ponemos delante de la pantalla sin habernos quitado las legañas.
Al final, aunque tenemos control sobre nuestros actos, nuestra mente trabaja de una forma preestablecida que no controlamos, por eso debemos adaptarnos a su comportamiento para funcionar mejor.
Otro de los pasos fundamentales para mejorar tu productividad durante el teletrabajo (o no perderla) es el ambiente. Las oficinas están preparadas para trabajar pero ¿está tu casa preparada para que trabajes?
Trabajar en casa tiene la ventaja de la comodidad del hogar, pero eso tiene bastantes contrapartidas. Podemos tener muchas distracciones cerca que nos despisten y no nos dejen trabajar bien, o incluso nuestros propios convivientes, ya sean familia o compañeros de piso. Por ello es importante establecer unos horarios con tus convivientes para que las horas de trabajo sean de trabajo y al final no termines estirando la jornada laboral hasta las 11 de la noche.
La comunicación y el espacio de trabajo para mejorar tu productividad
Tener esta comunicación con la gente con la que vives será primordial a la hora de poder establecerte tu jornada y no ser interrumpido. Sin embargo, la comunicación en el día a día con tu equipo también es bastante importante. Y no nos referimos exclusivamente a los mails diarios. Hacer videollamadas (que también se pueden hacer sin vídeo) de forma periódica a modo de status puede ser de gran ayuda para no perder el ambiente de equipo que sí que se consigue en la oficina. Hablar con tus compañeros de vez en cuando, verles las caras y no hablar exclusivamente de trabajo reforzará las sinergias de tu equipo.
Por otro lado, la zona de trabajo es también muy importante. En una oficina está todo preparado para que trabajes y tienes que intentar conseguir lo mismo en tu casa. Con esto no nos estamos refiriendo exclusivamente a que tengas una buena conexión a internet y un ordenador potente que te ofrezca todo lo que necesitas para trabajar.
Hay muchos otros factores que debes tener en cuenta antes de organizar tu propio despacho en casa. Uno de los más importantes es la iluminación.
En una jornada completa, nos vamos a pasar alrededor de unas 8 horas delante de la pantalla. Eso es un desgaste visual importante, pero si además no hay una iluminación propicia, las consecuencias pueden ser desde migrañas hasta problema de visión con el tiempo. Siempre que puedas contar con luz natural, mejor que mejor, pero en caso de que tu piso sea oscuro, ten a mano luz suficiente. El mejor tipo de luz para el trabajo es general (aunque es bueno contar con un flexo si necesitas un foco más directo), de tonos fríos y con una potencia entre 350 y 500 lux.
Ergonomía y descansos para cuidar tu salud
Una vez tengas tu zona de trabajo bien iluminada, toca hablar del mobiliario. Lo más importante de esta parte de la creación del ambiente de trabajo es la silla. Como bien hemos dicho antes, es posible que nos pasemos 8 horas sentados al día y aunque pueda parecer “cómodo”, los resultados para la espalda pueden ser nefastos. Así que, si no quieres dejarte la mitad de tu sueldo en fisioterapeutas, te recomendamos que busques una buena silla ergonómica que sea adaptable.
No nos vamos a engañar, los precios de estas sillas pueden ser algo altos, pero recuerda que una buena silla puede durarte años y estás ahorrándote en salud, así que no seas rácano en este aspecto. Ah, y hablamos de sillas, no sillones, queremos estar a gusto, no dormirnos. Por otro lado, a la hora de trabajar recuerda que la pantalla tiene que estar a la altura de los ojos para evitar dolores cervicales. Si cuentas con un portátil, existen soportes que pondrán la pantalla a la altura de tu vista, lo único que tendrás que complementarlo con un teclado y ratón aparte.
Por último, aunque hayas hablado con tus convivientes es posible que haya momentos de ruido. Ya no solo por ellos, sino por obras en el edificio, trabajadores en la calle, el ruido de los coches… Por tanto, la mejor opción es que cuentes con unos auriculares que aíslen el sonido. Si además cuentan con micrófono, habrás ganado puntos de cara a las reuniones online.
¿Sigues echando de menos la oficina? Recurre al coworking
Sin embargo, sabemos que en muchos casos hay gente que no puede crearse un espacio propio de trabajo en su hogar. Para ello existen los coworking, oficinas compartidas en las que puedes establecerte para trabajar y salir de casa si te cuesta concentrarte. Además, los coworking son lugares excelentes para conocer a otros profesionales ya sean de tu sector o de otros y establecer nuevos contactos laborales para el futuro. Evidentemente, para poder acceder a estos sitios tienes que pagar, pero cada vez hay una mayor oferta de coworking en las principales ciudades del país.
Hay que saber adaptarse, pero en resumidas cuentas el teletrabajo puede aportarte muchos beneficios en tu día a día, tanto en productividad como en conciliación con la vida personal. Con estos consejos comenzarás el camino para conseguirlo.
