El pasado fin de semana, el ayer nuevo presidente de los EE. UU. lanzaba una criptomoneda humorística “meme coin” en la blockchain de Solana con su nombre. En menos de 48 horas su valor se multiplicó por diez, alcanzando un valor de 15 billones americanos (15.000 millones dólares), entrando momentáneamente en el top quince de criptomonedas por capitalización. Tras la subida, el estrenado presidente vendía el 20% de los tokens. Se estima que Trump ha podido embolsarse entre 5.000 y 6.000 millones. Por otro lado, durante las últimas sesiones, a través de su nuevo proyecto “World Liberty Financial” ha venido declarando compras en numerosas criptomonedas.
El año se presenta caliente para los criptoactivos, frecuentemente correlacionados con la evolución de los mercados bursátiles. Es de esperar que, si las criptomonedas pueden experimentar un buen desempeño en 2025, las bolsas, como poco, deberían cerrar en positivo el año, pese a que la volatilidad pueda ser mayor que la del año pasado, lo cual no parece difícil. En los últimos ciclos alcistas de las criptomonedas, estas han tendido a marcar máximos importantes unos meses antes que los índices, por lo que seguirlas nos servirá de termómetro de liquidez y apetito por el riesgo en los mercados.
Las bolsas europeas han comenzado el año con mejor tono que las americanas, acumulando un 6% de subida el EUROSTOXX 50, frente a un 2% del S&P500 y superando los máximos de 2024. Veremos si esta tónica tiene cierta continuidad en los próximos meses, ya que, en un año positivo, el índice europeo no consigue hacerlo mejor que el americano desde el año 2015.
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Eduardo Faus Ipiña
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