Opinión 24 marzo 2025

La novedad es que ya no importa la recesión, pero ¿y la estanflación?

Uno de los giros más notables que ha protagonizado Trump en su vuelta a la Casa Blanca es aceptar que la recesión no solo no es mala, sino que puede ser necesaria e incluso saludable. Ese giro es aún más notable si pensamos que en la última década y media larga, a partir de la crisis de Lehman, el objetivo esencial de las políticas monetarias y fiscales ha sido evitar una recesión, aunque fuese a costa de incubar graves desequilibrios en la economía. Se ha celebrado como un gran éxito el que no haya recesión, aunque el precio haya sido elevar los niveles de deuda y de gasto público hasta límites impensables. 

Ese objetivo ya no es tan esencial,
y el nuevo Secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, se ha ocupado, estas últimas semanas, de enviar a los mercados el mensaje de que es indispensable un periodo de “desintoxicación” (detox) de la economía, aunque ello genere una recesión pasajera, una idea que el propio Trump asumió como propia en la famosa entrevista en Fox News el domingo 9 de noviembre. Wall Street respondió en la sesión del lunes 10 con fuertes caídas, que en el caso del Nasdaq fueron del 4% en la sesión, algo que no se veía desde hace mucho tiempo.

Pero las caídas se han ido moderando en las sesiones siguientes y, en concreto, esta última semana el S&P ha subido un 0,5%, poniendo fin a cuatro semanas consecutivas de caídas, y ello a pesar de los descensos semanales del 5% en valores tan importantes como Nike y FedEx. Por su lado, el Nasdaq ha subido un 0,17%, aunque varias de las “siete magníficas” siguen tocadas, y el Dow Jones ha sido el mejor, con un alza del 1,2%, ayudado por Apple (+2,2% en la semana) y Boeing (+10% en la semana). El Russell 2000 de pequeñas compañías también ha subido un 0,6% en la semana. Las bolsas europeas, salvo el Dax, han mantenido su buen momento, con el Ibex como gran estrella subiendo un 2,65% en la semana y el Eurostoxx avanzando un 0,4% en la semana. El Dax se ha dejado un 0,4%, en parte afectado por la caída del 5% en Rheinmetall, justo después de que el Bundestag aprobase el pasado miércoles el paquete de gasto de 500 mil millones de euros.

Podríamos concluir,
si no fuese porque aún es demasiado pronto para hacerlo, que las bolsas se han sumado también a la idea de la recesión “saludable” y han decidido poner fin a su propia corrección, una corrección que, si se parase aquí, podría ser considerada también como “saludable”, ya que el S&P ha logrado salir de la zona de corrección técnica (caída del 10% desde máximos) y el Russell 2000 ha salido también de la zona de mercado “bajista” (caída del 20% desde máximos). Se habría salvado, por tanto, el escenario de desplome y las bolsas se dispondrían a volver a subir.

Pero la expectativa de una recesión suave y transitoria que dará paso después a la “edad de oro”
prometida por Trump en su discurso inaugural del 20 de enero no es ni mucho menos compartida por todos. Economistas como Larry Summers, de Harvard, consideran que los aranceles provocarán una recesión que no será pasajera, y analistas como Peter Atwater llegan a decir que América puede convertirse en una economía “no invertible” (un-investable”) como consecuencia de las políticas de Trump.

En nuestra opinión, para analizar con objetividad y rigor las propuestas económicas que Trump
y su equipo están poniendo encima de la mesa, y para entender y evaluar el “trumpismo” y sus posibles consecuencias en la economía y en las bolsas, es necesario situar esas propuestas en el contexto previo a la llegada de Trump. Y lo primero es entender que ni la espiral de deuda y gasto público de estos últimos años ni el modelo de comercio internacional desequilibrado en el que, como decíamos en nuestro anterior comentario, Estados Unidos ha llegado a absorber casi la mitad del superávit comercial del resto del mundo, eran sostenibles. Y, por tanto, había que acabar con esa situación, pero ciertamente a partir de ahí hay que construir algo nuevo y algo que funcione. No basta con destruir, hay que construir algo mejor, según la dinámica de “destrucción creativa” a la que aludía el economista austriaco Joseph Schumpeter.

Da la impresión de que Trump, Musk, Vance, Bessent
y el resto de quienes componen ese peculiar ejército “trumpista” de ocupación, están entregados de lleno y con gran entusiasmo, e incluso con éxito, por el momento, a la fase uno, la de la “destrucción”, con el DOGE, los aranceles y el “detox” como herramientas para lograrlo. Pero la fase dos, la de construir un modelo alternativo que funcione, nadie la tiene muy clara por el momento. Porque nadie piensa seriamente que el modelo alternativo sea la guerra de aranceles y el proteccionismo a ultranza y menos aún un aislamiento total de Estados Unidos. Sencillamente, como ya hemos dicho en comentarios anteriores, esos modelos no van a funcionar en el mundo actual, que es global y no puede dejar de serlo, nos guste o no.

Si volvemos a las bolsas, la novedad es que parece que los inversores empiezan a aceptar como asumibles los daños de una contracción limitada
en el tiempo, para dar luego paso a la “tierra prometida” de la reactivación, tal y como promete el “trumpismo”. Y por eso, la caída se ha detenido en las proximidades de los 5.500 puntos del S&P. Pero en nuestra opinión no hay ni mucho menos base suficiente para pensar que las bolsas y los mercados de bonos confíen, al menos por ahora, en esa reactivación posterior basada en un nuevo “orden global” que permita corregir definitivamente la espiral de deuda y gasto público y articular un modelo de comercio internacional equilibrado. Dicho de otro modo, no está nada claro que tras esta pausa las bolsas vayan a retomar la senda alcista.

La Fed parece que tampoco tiene claro cuál va a ser el resultado final de esta nueva política de “electroshock” de Trump y por ello Jerome Powell
en su discurso del pasado miércoles tras la reunión de la Fed, no solo no se comprometió a dar un calendario de bajada de tipos de interés, sino que además apuntó a un crecimiento más bajo y una inflación más alta (“weaker growth but higher inflation”) para describir lo que al parecer se avecina en la economía norteamericana. En Europa, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, decía la semana pasada, casi con las mismas palabras, que la consecuencia de los aranceles podría ser medio punto de menor crecimiento y medio punto de mayor inflación.

Es verdad que Powell lo describió como una ralentización moderada
del crecimiento, sin que, según dijo, los datos que hoy tenemos apunten a una recesión, y es verdad también que dijo que el repunte de la inflación debería ser transitorio, pero una desaceleración con inflación, aunque no es todavía estanflación (estancamiento con inflación) corre el riesgo de convertirse en estanflación si la guerra de aranceles empeora las cosas. En definitiva, las bolsas se han tranquilizado y han detenido su caída, pero que retomen o no las alzas va a depender de lo que pase a partir del 2 de abril, día en el que Trump afirma que se aplicarán los aranceles a gran escala. Si se desata una guerra total será difícil que las bolsas descuenten un escenario de recesión moderada con inflación a la baja. Y si no llega la reactivación que debería seguir al “detox”, las bolsas pueden volver a las caídas, que ya no serían tan “healthy”.

Eso explica que
la Fed, seguramente a la vista de datos como las ventas minoristas de febrero en Estados Unidos, que subieron un 0,2% en lugar del 0,6% estimado, y de indicadores como el de la Universidad de Michigan, que indica que los consumidores americanos creen que la inflación seguirá alta, hay sido cautelosa y, aunque no bajó los intereses el miércoles, sí que adoptó la decisión de pausar la reducción de los bonos del Tesoro de su balance, bajando la cantidad mensual a amortizar de 25.000 millones de dólares a 5.000 millones de dólares. Powell prefiere esperar a ver qué pasa con los aranceles y de momento ralentiza el ritmo del llamado “endurecimiento cuantitativo” (“QT quantitative tightening”) lo que equivale a decir que retira menos liquidez del mercado.

Los bancos centrales parecen haber entrado en una fase de compás de espera
y, además de la Fed, esta última semana se han reunido el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y el Banco de Suecia y han mantenido los tipos de interés sin cambios. El Banco Central de Suiza (SNB Swiss National Bank) bajó tipos un 0,25% en su reunión, pero señaló que no preveía recortes adicionales.

Poniendo todo lo anterior en la coctelera, nuestra lectura sería que las bolsas,
tanto las americanas como las europeas, van a entrar, igual que la Fed, en compás de espera y que, de momento, van a parar su caída, pero no a rebotar.

Esta última semana de marzo hay datos preliminares de PMI
de marzo a nivel global, y conoceremos los IPC preliminares de marzo en la zona euro, así como la confianza consumidora de la Conferencie Board en Estados Unidos. Un dato importante será también el deflactor de gastos personales de febrero (PCE deflator) en Estados Unidos el viernes, día en el que se publicará también la encuesta final de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan. 

Pero la atención de los inversores estará, sobre todo, en los mensajes de Trump, que ha calificado al 2 de abril, fecha de entrada en vigor de los aranceles generalizados, como “Día de la Liberación”
. Habrá que ver si no es también el día en el que se inicie un periodo de fuertes turbulencias para los mercados financieros globales. 

 

 

Juan Carlos Ureta Domingo
Tel: 91 398 48 05 Email: clientes@renta4.es


El presente artículo de opinión no presta asesoramiento financiero personalizado. Ha sido elaborado con independencia de las circunstancias y objetivos financieros particulares de las personas que lo reciben. El inversor que tenga acceso al presente artículo de opinión debe ser consciente de que los valores, instrumentos o inversiones a que el mismo se refiere pueden no ser adecuados para sus objetivos específicos de inversión, su posición financiera o su perfil de riesgo ya que éstos no han sido tomados en cuenta para la elaboración del presente artículo de opinión, por lo que debe adoptar sus propias decisiones de inversión teniendo en cuenta dichas circunstancias y procurándose el asesoramiento específico y especializado que pueda ser necesario.

El contenido del presente documento así como los datos, opiniones, estimaciones, previsiones y recomendaciones contenidas en el mismo, han sido elaborados por el autor / es con la finalidad de proporcionar a sus clientes información general a la fecha de emisión del artículo de opinión y está sujeto a cambios sin previo aviso. Este documento está basado en informaciones de carácter público y en fuentes que se consideran fiables, pero dichas informaciones no han sido objeto de verificación independiente por cualquiera de las entidades del Grupo Renta 4 por lo que no se ofrece ninguna garantía, expresa o implícita en cuanto a su precisión, integridad o corrección.

El Grupo Renta 4 no asume compromiso alguno de comunicar dichos cambios ni de actualizar el contenido del presente documento. Ni el presente documento ni su contenido constituyen una oferta, invitación o solicitud de compra o suscripción de valores o de otros instrumentos o de realización o cancelación de inversiones, ni puede servir de base a ningún contrato, compromiso o decisión de ningún tipo.

El Grupo Renta 4 no asume responsabilidad alguna por cualquier pérdida directa o indirecta que pudiera resultar del uso de este documento o de su contenido. El inversor tiene que tener en cuenta que la evolución pasada de los valores o instrumentos o resultados históricos de las inversiones, no garantizan la evolución o resultados futuros.

El precio de los valores o instrumentos o los resultados de las inversiones pueden fluctuar en contra del interés del inversor incluso suponerle la pérdida de la inversión inicial. Las transacciones en futuros, opciones y valores o instrumentos de alta rentabilidad (high yield securities) pueden implicar grandes riesgos y no son adecuados para todos los inversores. De hecho, en ciertas inversiones, las pérdidas pueden ser superiores a la inversión inicial, siendo necesario en estos casos hacer aportaciones adicionales para cubrir la totalidad de dichas pérdidas.

Por ello, con carácter previo a realizar transacciones en estos instrumentos, los inversores deben ser conscientes de su funcionamiento, de los derechos, obligaciones y riesgos que incorporan, así como los propios de los valores subyacentes de los mismos. Podría no existir mercado secundario para dichos instrumentos.

Cualquier entidad integrante del Grupo Renta 4 o cualquiera de las IICs o FP gestionados por sus Gestoras, así como sus respectivos directores o empleados, pueden tener una posición en cualquiera de los valores o instrumentos a los que se refiere el presente documento, directa o indirectamente, o en cualesquiera otros relacionados con los mismos; pueden negociar con dichos valores o instrumentos, por cuenta propia o ajena, proporcionar servicios de asesoramiento u otros servicios al emisor de dichos valores o instrumentos, a empresas relacionadas con los mismos o a sus accionistas, directivos o empleados y pueden tener intereses o llevar a cabo cualesquiera transacciones en dichos valores o instrumentos o inversiones relacionadas con los mismos, con carácter previo o posterior a la publicación del presente artículo de opinión, en la medida permitida por la ley aplicable.

El Grupo Renta 4 tiene implementadas barreras de información y cuenta con un Reglamento Interno de Conducta de obligado cumplimiento para todos sus empleados y consejeros para evitar o gestionar cualquier conflicto de interés que pueda aflorar en el desarrollo de sus actividades.

Los empleados de cualquiera de las entidades del Grupo Renta 4 puede proporcionar comentarios de mercado, verbalmente o por escrito, o estrategias de inversión a los clientes que reflejen opciones contrarias a las expresadas en el presente documento.

Ninguna parte de este documento puede ser: (1) copiada, fotocopiada o duplicada en ningún modo, forma o medio (2) redistribuida o (3) citada, sin permiso previo por escrito de Renta 4. Ninguna parte de este artículo de opinión podrá reproducirse, llevarse o transmitirse a aquellos países (o personas o entidades de los mismos) en los que su distribución pudiera estar prohibida por la normativa aplicable. El incumplimiento de estas restricciones podrá constituir infracción de la legislación de la jurisdicción relevante.

El sistema retributivo del autor/es del presente artículo de opinión no está basado en el resultado de ninguna transacción específica de banca de inversiones.