Opinión

El rally de Trump se convierte en 'Everything Rally'

La gran novedad de la primera semana de diciembre ha sido que lo que hemos venido llamando “efecto Trump” ha trascendido las fronteras de las Bolsas norteamericanas y se ha extendido a las Bolsas europeas.

No es que las Bolsas americanas hayan dejado de subir; al revés, el Nasdaq ha subido un 3,3% en la semana, en un nuevo “revival” de las grandes tecnológicas, tal vez impulsado por las buenas sensaciones que dejó el pasado martes la presentación de los resultados trimestrales de Salesforce. Las ganancias semanales de ese grupo selecto de grandes compañías que vienen liderando el mercado bursátil han sido importantes, con Microsoft subiendo un 4,75% en la semana, Apple un 2,3%, Alphabet un 3,5%, Amazon un 9,2%, Meta un 8,6%, Nvidia un 3%, Tesla un 12,7%, Netflix un 5,4% y Salesforce un 9,7%. Especialmente llamativo es el caso de Apple, que ha vuelto a marcar máximos históricos de todos los tiempos estos días, suscitando la pregunta de si Warren Buffet se ha podido equivocar al vender gran parte de su posición el pasado verano. El S&P también ha subido casi el 1% en la semana, mientras que el Dow Jones ha caído un 0,6% y el Russell un 0,7%.

Pero, como decíamos, la gran novedad de estos primeros días de diciembre ha sido el buen comportamiento de las Bolsas europeas, en un entorno político muy convulso, con Francia sin Gobierno al perder Barnier la moción de censura, y con algunos datos inquietantes en una Alemania cuya economía no acaba de salir del estancamiento, y que está ya en modo preelectoral a la espera de las elecciones del 23 de febrero.

El Eurostoxx ha subido un 3,6%, el Dax un 3,9%, el Mib italiano un 4%, nuestro Ibex un 3,7% e incluso el CAC francés ha subido un 2,6%, y no precisamente porque haya mucho que celebrar. Subidas semanales como la de BMW de más del 10%, la de LVMH del 6,4% o la de Siemens de más del 5% nos obligan a preguntarnos si estamos ya ante un giro alcista en la tendencia de los grandes valores europeos o si más bien la abundante liquidez que se mueve por los mercados va posándose de forma oportunista en valores que acumulan fuertes descensos en el año buscando una plusvalía rápida. El caso de la automovilística Stellantis, que cayó casi un 10% el lunes tras anunciarse la dimisión de su CEO, pero que ha terminado subiendo un 3,6% en la semana, puede ser un ejemplo claro de cómo el dinero busca de forma especulativa valores que se han quedado atrás, con la idea de fondo de que al final todo sube.

Tal vez esa abundancia de dinero es la mejor explicación de por qué un “rally” que  inicialmente se concentró en las Bolsas americanas siguiendo el lema “trumpista” de “America First” y que por ello debería ser básicamente norteamericano, se haya extendido a principios de diciembre a casi todos los activos, incluido el ya famoso plátano del artista Mauricio Cattelan, que fue adquirido por 6,2 millones de dólares para ser (literalmente) consumido unos días después por su “afortunado” comprador, a la sazón una de las fortunas creadas al calor de las criptomonedas. Es simbólico que precisamente el bitcoin superase el jueves pasado los cien mil dólares, lo que ha propiciado que algunas voces hablen ya de un bitcoin en doscientos mil dólares en el 2025. Y, ciertamente, aunque pueda tener justificación esa subida del bitcoin, si consideramos que puede ser el nuevo oro digital, es mucho más discutible que la tenga la euforia desatada en otras criptomonedas como el “PepeCoin”, el “Bonk” o el “Dogecoin”, cuyo autoproclamado padre es Elon Musk.

La pregunta es: ¿puede sobrevivir el rally de Trump si se convierte en un rally de todos los activos? Sí, como decíamos la semana pasada, ya de por sí el rally de las bolsas americanas en solitario era difícilmente sostenible, puede ser aún más insostenible que suban todas las Bolsas y todos los activos a la vez. Una cosa es que la abundante liquidez se concentre en una sola Bolsa, la norteamericana, lo que nos llevaría a una divergencia difícil de mantener, y otra cosa es que la liquidez impulse a la vez y de forma simultánea e ilimitada a todos los activos, lo que posiblemente llevaría a una burbuja global.

Aunque la mayor parte de las casas de análisis se manifiestan optimistas para el 2025, y varios bancos de inversión norteamericanos han elevado el objetivo del S&P a entornos superiores a los 6.500 puntos, empiezan a aparecer voces de cautela ante la sucesión ininterrumpida y casi diaria de subidas y de récords bursátiles. Así, Bank of America ha dicho en una nota reciente que el mercado está sobrevalorado, al tener métricas más extremas incluso que las de la burbuja de las “puntocom” del año 2000. Otro alcista habitual, Ed Yardeni, también dice que hay “demasiados toros” en el mercado, queriendo decir que el sentimiento alcista está demasiado extendido y que el mercado puede corregir a principios de año. Efectivamente, la encuesta de sentimiento de la American Association of Individual Investors (AAII) muestra que los alcistas para los próximos seis meses han subido al 48,3%, por encima de la medida histórica de 37,5%.

Sin embargo, hay indicadores, que nos llevan a pensar que el sentimiento positivo de los inversores no se ha traducido todavía en una situación de clara euforia. Así, por ejemplo, el de índice de miedo y codicia (fear & greed) que publica la CNN sintetizando diversos elementos técnicos, como el ratio de opciones “put” y “call” o el número de acciones que suben y bajan, entre otros, marca en este momento una situación “neutral”, lejos de la avaricia que mostraba, por ejemplo, hace un mes.

Una lectura positiva de lo sucedido esta semana es que se confirma que, como decíamos la semana pasada, la subida en solitario de las Bolsas americanas mientras las demás bajan es un escenario imposible, igual que lo es que la economía norteamericana crezca en solitario con fuerza mientras el resto del mundo decrece. Una lectura algo menos positiva es que tal vez en el rally que vivieron las Bolsas americanas en noviembre había un componente no pequeño de liquidez especulativa que ahora se ha trasladado, ya veremos por cuánto tiempo, a Europa, tratando de hacer un beneficio rápido en posibles rebotes.

Esta semana se publica el IPC norteamericano de noviembre el miércoles y también hay datos de inflación y de balanza comercial de noviembre en China. En resultados empresariales hay varios interesantes como los de Oracle el lunes, los de Inditex y Adobe el miércoles y los de Broadcom y Costco el jueves.

A corto plazo y con el fin de año y el rally de Navidad, es difícil pensar en correcciones del mercado, por más que se vayan acumulando incertidumbres en el largo plazo. Este jueves se reúne el BCE y la semana siguiente la Fed, y no parece que ninguno de los dos vaya a romper el plácido final de año, una placidez en la que algunos ven señales de burbuja.



Juan Carlos Ureta Domingo
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