La libra, a la que dedicábamos nuestra sección la semana pasada, ha seguido recuperando posiciones frente al dólar estos últimos días en línea con lo que ya había sucedido el viernes de la semana anterior. Nuestra apuesta por la libra ha funcionado, por tanto, bien.
En esa remontada de la libra o, visto desde otro ángulo, en esa debilidad del dólar, ha tenido mucho que ver el buen dato de la inflación en octubre en EE.UU., que salió mejor de lo esperado (7,7% cuando se esperaba un 8% o, como mucho un 7,9%) lo que ha llevado a los inversores a pensar que la Fed podría suavizar las subidas de tipos y las retiradas de liquidez.
En cierto modo se cumple así la idea que anticipábamos en nuestro comentario del pasado lunes, cuando decíamos, literalmente, que “es posible que los mercados estén descontando que las políticas del Banco de Inglaterra y de la Fed al final no van a ser muy diferentes”. Efectivamente, los mercados parecen pensar, tras el dato de inflación americana de octubre, que la Fed por fin va hacer el famoso “pivot” en la misma línea anunciada por el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, cuando el jueves 3 de noviembre dijo que las subidas de tipos podían “no llegar tan arriba como el mercado piensa”.
Pero el buen dato de inflación de octubre, además de su efecto a la baja sobre el dólar, tuvo otro efecto mucho más espectacular sobre las Bolsas y, más en concreto, sobre las acciones tecnológicas. El jueves 10, inmediatamente después de publicarse el dato, todas las Bolsas se dispararon pero, sobre todo, se dispararon las acciones tecnológicas. El Nasdaq subió un 7,35% en la sesión y algunas compañías tecnológicas, como Amazon, rebasaron el 10% de subida en el día.
El Gráfico adjunto muestra, en la línea roja, la espectacular subida del ETF Ark Innovation en las sesiones del jueves y del viernes. Una subida que, en números redondos, es del 25% en dos días.
Ark Innovation y su gestora, la famosa Cathie Wood, son el símbolo por excelencia de las compañías tecnológicas disruptivas que fascinaron a los inversores tras el Covid. Ark Innovation alcanzó la gloria en la post pandemia cuando, entre fines de marzo de 2020 y principios de febrero de 2021, su cotización se multiplicó por casi cuatro veces, al haber apostado Cathie Wood por compañías como Tesla, Zoom Video, Square (ahora Block) y otras tecnológicas radicalmente innovadoras y disruptivas. Pero desde marzo de 2021, meses antes por tanto de que el Nasdaq tocase su máximo en noviembre de 2021, Ark empezó a bajar perdiendo todo lo que había ganado el año anterior e incluso un poco más.
Ahora Ark Innovation resurge de sus cenizas, con una subida en la sesión del jueves del 14% y una subida semanal del 25%, poniendo encima de la mesa la pregunta de si estamos de nuevo en la pista de despegue de las acciones tecnológicas y a punto de levantar de nuevo el vuelo. O, dicho de otra forma, poniendo encima de la mesa la pregunta de si estamos volviendo a los felices meses iniciales del 2021 cuando las Bolsas subían sin parar, impulsadas sobre todo por las tecnológicas.
Nadie podemos responder con total seguridad a esa pregunta, pero hay un elemento hoy en día muy diferencial respecto al 2021, al saber la crisis de las criptomonedas con el bitcoin a la cabeza. En el Gráfico adjunto se puede ver la caída sin fin de Microstrategy, la empresa dirigida por Michael Saylor que apostó radicalmente por tener toda su tesorería invertida en bitcoins. Esa tajante decisión ha vinculado, en gran medida, la cotización de Microstrategy a la del bitcoin, y el problema para Microstrategy es que el buen dato de inflación “resucitó” a las tecnológicas pero no ha sido capaz de levantar al bitcoin ni a las criptomonedas en general.
Es verdad que el bitcoin subió hasta 17.700 dólares el jueves 10 de noviembre tras la publicación del dato de inflación pero, a diferencia de las acciones tecnológicas, que pudieron mantener e incluso incrementar el viernes las subidas del jueves, el bitcoin y otras criptomonedas han vuelto a caer en la sesión del viernes y a lo largo del fin de semana, afectadas por la fulminante y oscura quiebra de la plataforma de criptodivisas FTX. Una quiebra que amenaza con propagar ondas expansivas muy amplias sobre el mundo cripto, profundizando en lo que algunos llaman el “cripto invierno” (cripto winter).
Pensamos, como ya hemos dicho en varios Gráficos recientes, que hay algunas empresas tecnológicas en las que se puede empezar a invertir, con la vista puesta en el medio y largo plazo, porque son buenas compañías y su precio está muy castigado por la subida de los tipos de interés. Pero tendríamos sumo cuidado a la hora de sumarnos a euforias generalizadas como las de este jueves y viernes. Precisamente la persistente caída del bitcoin y otras criptomonedas puede estar diciéndonos que los procesos de ajuste normalmente se prolongan en el tiempo más allá de lo deseado.
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