Actualmente estamos viviendo una transformación del sector hacia los vehículos eléctricos. En esta transformación nos hemos encontrado con la aparición de nuevas marcas de vehículos eléctricos y hemos visto cómo las marcas tradicionales se transformaban para adaptarse a las nuevas realidades del mercado.
Todos estos cambios no solo han sido motivados por la tecnología, sino que muchos de ellos derivan de las políticas medioambientales de distintos países que, al no ser homogéneas, producen que la adopción se produzca a distintas velocidades.
El sector del automóvil en Europa
Si miramos el caso de Europa, vemos que es la zona líder de adopción de políticas sostenibles. Estas muchas veces se hacen inalcanzables debido a que el mercado de ventas de autos se encuentra estancado en 2024 y las perspectivas de crecimiento para 2025 se sitúan en el rango del 0% al 5% en un entorno de incertidumbre económica y elevados tipos de interés.
Asimismo, aunque los vehículos eléctricos llegasen a alcanzar el 20% de las ventas en 2025, todavía se encontrarían lejos del 40% necesario para cumplir los límites de emisiones. La infraestructura de carga es aún insuficiente, lo que alimenta la ansiedad del consumidor por la autonomía. Además, el alto costo inicial de los BEV (vehículos de batería eléctrica) sigue siendo una barrera para los compradores, especialmente en un entorno económico restrictivo.
La automoción en Estados Unidos
En Estados Unidos, el mercado de BEV mostró una desaceleración en 2024 tras un crecimiento explosivo en años anteriores. La eliminación planificada del crédito fiscal de 7.500 dólares en 2025 afectará la asequibilidad de los BEV, ampliando la brecha de precios con los vehículos de combustión interna (ICE).
Estados Unidos también se enfrenta un déficit crítico de infraestructura: para cumplir con los objetivos de adopción de BEV, será necesario multiplicar por 12 la cantidad de cargadores públicos hacia 2030. Aunque hay avances en autonomía y eficiencia energética, estos son más lentos de lo esperado.
¿Y en el resto del mundo?
En otros países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, los motores de combustión interna continúan dominando el mercado debido a su adaptabilidad y la falta de infraestructura para vehículos eléctricos. Aunque existe interés en la electrificación, este es limitado y dependerá de inversiones en infraestructura y cambios en las políticas energéticas.
Asia, particularmente China, lidera la producción y adopción de BEV, respaldada por políticas gubernamentales y avances tecnológicos. China no solo domina su mercado interno, sino que también está incrementando sus exportaciones, desafiando a los fabricantes tradicionales con modelos asequibles y competitivos.
Japón y Corea del Sur, aunque más cautelosos en la electrificación total, están apostando por híbridos y tecnologías como el hidrógeno. Corea del Sur, en particular, está invirtiendo en la expansión global de sus vehículos eléctricos.
Perspectiva global de ventas y estrategias de los fabricantes
El crecimiento global de las ventas de automóviles, impulsado inicialmente por China, alcanzó su punto máximo en 2017-2018. Sin embargo, el mercado ha mostrado signos de estancamiento debido a diversos factores, incluyendo la pandemia de COVID-19, que afectaron las cifras de ventas globales.
Pese a la disminución en el número de vehículos vendidos, las empresas del sector han logrado aumentar sus ingresos mediante una estrategia enfocada en vehículos de mayor margen y precios elevados. Este cambio estratégico, aunque efectivo a corto plazo, no parece sostenible en el tiempo.
Oportunidades en el segmento del lujo
Ante un entorno competitivo y con márgenes de mejora limitados, la atención se centra en fabricantes de lujo, cuyo modelo de negocio es más resiliente a las crisis económicas y el incremento de la competencia. En este contexto, Porsche y Ferrari destacarían como una opción atractiva. Siendo la primera la que por valoración nos parece más atractiva en este momento.
La compañía, que opera con márgenes significativamente superiores al promedio del sector, cotiza actualmente con una valoración más cercana a fabricantes de mercado masivo. Este desajuste en su valoración, sumado a su posición sólida en el segmento de lujo, la convierte en una inversión potencialmente interesante.
En resumen, el sector automovilístico sigue siendo altamente competitivo, pero enfrenta importantes desafíos derivados de la electrificación, la infraestructura y las condiciones económicas globales. En este escenario, las compañías enfocadas en el lujo, como Porsche, presentan una oportunidad sólida gracias a su resiliencia, márgenes robustos y una demanda menos sensible a los ciclos económicos.