En la gestión de inversiones, siempre operamos con la incertidumbre del futuro, especialmente en momentos de crisis. Hace unas semanas Howard Marks escribía en una de sus “Memos” los paralelismos entre la crisis financiera de 2008, la pandemia de Covid-19 en 2020 y la situación actual generada por la imposición de aranceles, destacando que, en todos estos periodos, las expectativas previas se vieron totalmente afectadas ya que no había historia al respecto.
Los próximos meses van a estar influenciados por innumerables factores casi imposibles de predecir y/o cuantificar. Por lo tanto, en lugar de intentar predecir lo incierto, la gestión de las inversiones debe centrarse en razonar y actuar con la máxima sensatez posible. La decisión de no actuar y de mantener una cartera de inversiones sin cambios a veces es la mejor opción cuando no se tiene una bola de cristal. Al fin y al cabo, todo lo que estamos viviendo con la Guerra Comercial y los titulares que genera Trump, tiene fecha de caducidad ya que no puede gobernar eternamente.
Causa y consecuencia de los aranceles
La imposición de aranceles busca objetivos económicos beneficiosos para Estados Unidos, incluyendo el apoyo a la manufactura nacional, el fomento de las exportaciones, la reducción de las importaciones, la reducción del déficit comercial, el fortalecimiento de la seguridad de las cadenas de suministro, la disuasión de prácticas comerciales desleales y la búsqueda de negociaciones con otros países, además de generar ingresos para el Tesoro estadounidense.
Sin embargo, las consecuencias económicas de la imposición de aranceles son inciertas y posiblemente negativas, incluyendo represalias de otros países, aumento de precios e inflación, destrucción de la demanda, recesión y pérdida de empleos, escasez de suministros, y cambios en el comercio global y las relaciones internacionales. La sustitución de importaciones a través de la inversión nacional requeriría años y grandes inversiones que, dado que no es previsible que los aranceles se mantengan eternamente, es posible que no se produzca en la magnitud deseada.
En última instancia, todo lo que está ocurriendo está generando la pérdida de la confianza en la economía estadounidense que el mercado muestra a través de la fuerte depreciación del dólar y caída de los precios de los bonos gubernamentales de EEUU.
¿Qué posición tomar ante esta situación de mercado?
En lo que respecta a los mercados, se mueven más rápido que todas las implicaciones económicas. La caída de la bolsa, especialmente de la estadounidense, la depreciación del dólar, la caída de las materias primas y el incremento de los spreads de crédito empiezan a poner en precio el riesgo más elevado de recesión. Si se consiguiese evitar, posiblemente hayamos visto los mínimos en los 4.800 puntos de S&P 500. Los síntomas de pánico en la primera semana de abril, cuando se conocieron los aranceles de la administración Trump, fueron evidentes y no se puede descartar que hayamos visto lo peor. Ahora bien, si entrásemos en recesión, el mercado no ha puesto en precio todo el deterioro que habría en términos de desempleo, crecimiento, márgenes y beneficios, y en ese caso, las bolsas tendrían todavía recorrido a la baja. Nadie va a tener una respuesta, así que hay que actuar con sensatez.
Tomar decisiones de inversión en estos momentos de incertidumbre y volatilidad puede ser complicado si se busca un objetivo de corto plazo. A largo plazo, sin embargo, es mucho más sencillo si se invierte en empresas de alta calidad (crecimiento, márgenes altos, generación de caja positiva, sin deuda y altos retornos sobre el capital) ya que, siempre que hay correcciones, hay oportunidades de compra en cuanto ampliamos el horizonte temporal. Eso es precisamente lo que hacemos desde Renta 4 Gestora.
El fondo Renta 4 EE.UU. Acciones se posiciona en las mejores empresas estadounidenses, en las compañías de mayor calidad y sectores estratégicos de esta región. Consideramos que, en la actual situación de mercados, es un momento interesante para invertir en compañías de elevada calidad de manera diversificada a través de Renta 4 EE.UU. Acciones que, bajo nuestro análisis, cuentan con las características suficientes para proporcionar un crecimiento prolongado, sostenido y con menor riesgo a largo plazo.