En el complejo escenario económico actual, el precio del cobre ha alcanzado máximos históricos y se destaca como una materia prima de relevancia excepcional. Este metal milenario, que marcó el paso de la Edad de Piedra a civilizaciones más avanzadas, continúa siendo un componente fundamental en la economía global del siglo XXI, ofreciendo interesantes oportunidades para los inversores.
El cobre ha sido testigo del desarrollo humano durante milenios. Desde las primeras herramientas hasta las sofisticadas aplicaciones actuales, su versatilidad lo ha convertido en un elemento esencial para sectores clave como la construcción, la electrónica, el transporte y las cada vez más importantes tecnologías de energía renovable.
Lo que hace especialmente atractivo al cobre en este momento es su papel protagonista en la transición energética global. Mientras el mundo avanza hacia fuentes de energía más sostenibles, la demanda de este metal está destinada a crecer significativamente. Su precio ha alcanzado máximos históricos impulsado tanto por la transición energética como por las tensiones comerciales globales. Un solo parque eólico puede contener hasta 30 toneladas de cobre por megavatio, mientras que los vehículos eléctricos requieren aproximadamente cuatro veces más cobre que los automóviles tradicionales.
*En azul, la evolución del precio del cobre ($/libra). En verde, la evolución del precio del oro ($/onza). A 01/07/2025.
Un momento decisivo para el mercado
Diversos factores están convergiendo para crear un escenario favorable para el cobre a medio plazo:
- Demanda creciente: La transición hacia energías renovables y vehículos eléctricos está impulsando una demanda sin precedentes (espera crecer un 41% hasta 2030 y un 57% hasta 2040).
Hacia 2035, la proyección de demanda de cobre crecería un 25% con las políticas actuales, un 55% con el cumplimiento de promesas climáticas y un 70% en el caso de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
A su vez, la concentración geográfica de la demanda se reducirá gracias a países como India, Arabia Saudí o Malasia.
- Recuperación económica: La reactivación post-pandemia, especialmente en China (mayor consumidor mundial de cobre), está fortaleciendo el consumo.
No solo la transición energética será determinante en su futuro, una recuperación de la crisis inmobiliaria china elevaría la demanda en gran medida. Aunque no se vislumbra una solución en el corto plazo, datos como el aumento de ventas de viviendas de segunda mano, el rebote en el precio de viviendas en las ciudades Tier-1 o el mayor porcentaje de crecimiento de precios en 70 ciudades en los últimos dos años son señales positivas.
- Limitaciones de suministro: El desarrollo de nuevos yacimientos es un proceso largo y complejo, lo que dificulta la rápida expansión de la oferta.
Por ello ante la escasez de nuevos descubrimientos relevantes (crecimientos menores que otros minerales como litio o níquel) y el grado decreciente del mineral, la IEA advierte de un posible déficit de hasta el 30% de la oferta hasta el 2035, si no se acelera el desarrollo de nuevos procesos.
- Tensiones geopolíticas: Los conflictos comerciales y las amenazas de aranceles han contribuido a que los precios alcancen máximos históricos recientemente.
A destacar el hecho de que, a pesar de que el cobre estaría exento de los aranceles, se abrió una investigación formal sobre la posibilidad de imponer aranceles a minerales procesados, incluyendo el cobre refinado.
Así, el cobre se perfila como un componente esencial de la economía del futuro. Su papel estratégico en la transición energética global, combinado con la posición privilegiada de Latinoamérica como productor principal, crea una interesante oportunidad para inversores con visión de medio y largo plazo.
Latinoamérica, epicentro mundial del cobre
En este contexto, Latinoamérica emerge como un actor clave en el mercado global del cobre. La región representa aproximadamente el 40% de la producción mundial, con Chile liderando como principal productor seguido por Perú en un destacado segundo lugar. Estas naciones han desarrollado una sólida industria minera respaldada por décadas de experiencia y conocimiento especializado.
Además, la concentración en la producción de este material, tanto en minería como refinería, apunta a aumentar en los próximos años. La primera actividad, con Chile como primer productor, pasaría de una concentración del 48% actual entre tres países a un 53% en 2040.
Invierte en cobre con un fondo galardonado: Renta 4 Latinoamérica
En este contexto, el fondo Renta 4 Latinoamérica ofrece a los inversores una vía para capitalizar esta tendencia, con posiciones en compañías mineras de la región expuestas al cobre. El fondo permite diversificar inversiones y acceder a este mercado en crecimiento con un equipo gestor de reconocida experiencia, galardonados como mejor gestión de la categoría en 2024. El fondo selecciona las compañías expuestas a este mineral con ventajas competitivas clave:
- Acceso directo a algunos de los yacimientos de mayor calidad del mundo
- Infraestructura establecida y conocimiento técnico especializado
- Costes de producción competitivos a nivel global
- Experiencia en el desarrollo sostenible de proyectos mineros
Fondos / Índices | 3 años | 5 años | 10 años | 15 años |
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Renta 4 Latinoamérica | 7,99% | 12,93% | 5,89% | 2,06% |
EAA Fund Latin American Equity | 6,53% | 6,92% | 2,16% | 0,35% |
S&P Latin America 40 | 7,50% | 9,98% | 3,21% | 1,33% |
*Rentabilidades anualizadas a fecha de 01/07/2025.