Criptoactivos 16 mayo 2025

La política está en el precio

No es habitual que la prensa financiera alerte sobre una nueva Gran Depresión y, en el mismo mes, celebre un nuevo mercado alcista. Pero eso es exactamente lo que estamos viviendo. Esta semana, el Nasdaq ha subido más de un 4%, encadenando un +20% desde los mínimos de abril, lo que lo sitúa oficialmente en territorio alcista. Mientras tanto, el S&P 500 ha ganado más de un 11% en el último mes. Y sin embargo, el ruido mediático sigue siendo apocalíptico: titulares que alertan de colapsos, guerras comerciales y recesiones inminentes.

Este desajuste entre narrativa y realidad plantea una cuestión crucial para cualquier inversor: ¿Estamos analizando los mercados con datos y lógica, o estamos dejándonos arrastrar por discursos políticos polarizados?

La política, queramos o no, se ha colado en nuestras decisiones de inversión. Antes se decía que no se debía hablar de política en el trabajo. Hoy es imposible ignorarla. Las decisiones económicas están tan entrelazadas con la agenda política que dejar una de las dos fuera del análisis es garantía de incomprensión.

Un ejemplo claro lo tenemos en la reciente "tregua" arancelaria entre EE. UU. y China: una pausa de 90 días donde los aranceles bajan sustancialmente (de 145% a 30% por parte de EE. UU. y de 125% a 10% por parte de China). No es un acuerdo definitivo, pero sí una señal de que las negociaciones están vivas. Esto basta para que los mercados reaccionen con fuerza. Pero más allá de las cifras, lo importante es el simbolismo: la política comercial se ha convertido en catalizador directo de la volatilidad financiera.

Y esta lógica se extiende también al oro y al bitcoin. Mientras los medios alertan de una inminente recesión, estos activos han subido de forma contundente: bitcoin acumula casi un +50% interanual, y el oro, un +45%. ¿Estamos realmente en crisis, o estamos viendo cómo ciertos activos capturan el miedo político y lo convierten en valor refugio?

La narrativa pública hoy está profundamente desconectada de la realidad de los datos. La economía estadounidense está creando empleo, el consumo sigue fuerte, y los grandes inversores institucionales no han dejado de cerrar operaciones millonarias: desde OpenAI comprando Windsurf por $3.000 millones, hasta Google adquiriendo Wiz por decenas de miles de millones. Esto no es propio de una economía colapsada.

Pero los precios ya no reflejan solo fundamentos. También reflejan ideología. Si te gusta el gobierno actual, ves oportunidades. Si no te gusta, ves el abismo. El problema es que el mercado no se mueve por emociones individuales, sino por desequilibrios entre oferta y demanda. Más compradores que vendedores, y los precios suben. Más vendedores, y los precios caen. Es simple. Pero lo hemos olvidado en medio del ruido político.

En este contexto, el caso de bitcoin es particularmente revelador. No solo ha resistido las narrativas de colapso, sino que ha reforzado su posición como activo no correlacionado, sensible a la desconfianza institucional. Cuando la política contamina las decisiones económicas, los activos como bitcoin se benefician de su neutralidad y descentralización. No están sujetos a decisiones unilaterales de gobiernos ni a políticas monetarias inflacionarias. Y eso, en tiempos como los actuales, es más valioso que nunca.

El mundo se ha politizado. Y eso ha cambiado para siempre la forma de invertir. No hay vuelta atrás. No se trata de elegir bando, sino de entender que ya no podemos permitirnos ignorar lo que ocurre en el frente político si queremos tener una visión clara del mercado. La nueva normalidad es esta: macro, geopolítica y narrativa compiten tanto como los datos por influir en los precios. Y quien no lo entienda, estará operando en la oscuridad.

El análisis y los comentarios recogidos en la página web R4.com y en este mensaje están dirigidos a inversores con experiencia, un amplio conocimiento del funcionamiento de los mercados de valores, y una baja aversión al riesgo. Es posible que los comentarios aquí expresados no sean aplicables a su perfil de inversión o a su situación patrimonial personal. Los criptoactivos son productos de alto riesgo, sujetos a una elevada volatilidad y a factores regulatorios, tecnológicos y de mercado que pueden afectar significativamente su valoración. La información contenida en este boletín tiene un carácter meramente informativo y refleja la actualidad del mercado de criptoactivos en el momento de su publicación. No constituye una recomendación de inversión ni un análisis financiero personalizado.